Evaluación y manejo pediátrico. Jorge Luis Garcia
Ley 1751 de 2015. Ley Estatutaria de Salud. Colombia.
[2] Ley 1753 de 2015. Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Colombia.
[3] Ministerio de Salud y Protección Social. Resolución 429 de 2016. Colombia.
[4] Ministerio de Salud y Protección Social. Resolución 3202 de 2016. Colombia.
[5] Ministerio de Salud y Protección Social. Resolución 3280 de 2018. Colombia.
[6] Ministerio de Salud y Protección Social. Resolución 2626 de 2019. Colombia.
[7] Entrevista clínica del adolescente. En: Hidalgo-Vicario MI, Redondo-Romero AM, Castellanos Barca G. Medicina de la Adolescencia. Atención integral. 2.a edición. Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia; 2012.
[8] Entrevista y examen físico del adolescente. En: Hidalgo M, Pollán J, Muñoz M, editores. Pediatría extrahospitalaria fundamentos clínicos para la atención primaria. 4.a edición. Madrid: Ediciones Ergon; 2008.
Lecturas recomendadas
Guilamo-Ramos V, Bouris A, Lee J, McCarthy K, Michael S, Pitt-Barnes S, et al. Paternal influences on adolescent sexual risk behaviors. A structured literature review. Pediatrics. 2012;130:1313-1325.
CDC. Youth Risk Behavior Surveillance-United States, 2015. MMWR 2016;65:SS-6.
Ministerio de Salud y Protección Social. Lineamientos para la implementación de la atención integral en salud a la primera infancia, infancia y adolescencia. Bogotá: Organización para la Excelencia en Salud; 2014.
Ministerio de salud y protección social. Rutas integrales de atención en salud para la promoción y mantenimiento de la salud. Adolescencia.
Ministerio de Salud y Protección Social. Resolución 3202 de 2016. Colombia.
Entrevista y examen físico del adolescente. En: Hidalgo M, Pollán J, Muñoz M, editores. Pediatría extra hospitalaria fundamentos clínicos para la atención primaria. Cuarta edición. Madrid: Ediciones Ergon; 2008.
Villegas-Pantoja M, Alonso-Castillo M. Alonso-Castillo B, Martínez-Maldonado R. Percepción de crianza parental y su relación con el inicio del consumo de drogas en adolescentes mexicanos. Aquichan. 2014;14(1): 41-52.
Orpinas P, Ambrose A, Maddaleno M, Vulanovic L, Mejia M, Butrón B, et al. Lessons learned in evaluating the Familias Fuertes program in three countries in Latin America. Rev Panam Salud Publica. 2014;36(6):383-90.
Centers for Disease Control and Prevention. Trends in the Prevalence of Sexual Behaviors and HIV Testing National YRBS: 1991-2017 [Internet]. 2018 [cited 2018 Jun 05]. Available from: http:// https://www.cdc.gov/healthyyouth/data/yrbs/ overview.htm.
Charakida M, Georgiopoulos G, Dangardt F, Chiesa S, Hughes A, Rapala A, et al. Early vascular damage from smoking and alcohol in teenage years: the ALSPAC study. Eur Heart J. 2018; ehy524, https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehy524.
Adolescencia. En: Hay-Jr. WW, Levin MJ, Abzug MJ, Bunik M, editores. Diagnóstico y tratamiento pediátricos, 25e. Sass AE, Richards MJ; 2020. https://bibliotecavirtual.uis.edu.co:3180/content.aspx?bookid=2933§ionid=247210674
Aplicación de la medicina integrativa complementaria
Carlos Julio César Mendoza Contreras
María Angélica Mendoza Cáceres
Introducción
En aras de la empatía médica, la eficiencia y la satisfacción de los pacientes y sus acompañantes con los servicios médicos, es claro que la atención se debe hacer de manera integral. No es posible ver al paciente solo como individuo y abstraerlo de su entorno familiar, social y ambiental. A través de su ejercicio profesional, y mucho más cuando realiza consultas en varias latitudes, un médico puede coincidir con pacientes de diversos contextos culturales, los cuales tienen modos de vivir y ver el mundo igualmente diversos, que pueden diferir de los del propio médico.
Ocurre a menudo que los pacientes y sus familiares tienen la posibilidad de recurrir a alternativas médicas de los métodos convencionales, la mayoría de acervo tradicional que no obstante debe ser seguros. Ante esta circunstancia resulta crucial comprender que, si bien muchos de estos métodos empíricos no tienen suficiente fundamento científico, motivo por el cual son criticados, muchos pacientes y médicos perciben resultados satisfactorios. Una vez que se ha realizado tal acercamiento se tendrá una mejor posición para aprobar o desaprobar un determinado método médico, y se promoverán entonces mejoras, erradicaciones o incluso eventuales pautas para nuevos tratamientos convencionales.
Es un hecho incontestable que la medicina convencional aún no tiene todas las respuestas, y que, de hecho, sus orígenes se remontan al conocimiento empírico. Existen otras opciones de tratamientos médicos distintos a los convencionales, que tienen ante todo un vínculo cultural; esto es lo que se denomina medicina integrativa complementaria (MIC). Esta modalidad no supone equiparar los tratamientos de una u otra variedad, ni mucho menos hacer ver a unos superiores a otros, sino contar con una gama de opciones ante las eventualidades y particularidades de cada caso.
La Academia Americana de Pediatría se ha venido ocupando de la MIC, resaltando tipos comunes de terapias de medicina complementaria y alternativa (CAM por Complementary Alternative Medicine) que revisten legalidad; analizando la deontología de su práctica y promoviendo la información, el uso seguro y el entrenamiento para los practicantes. Mención aparte ha supuesto la sugerencia de las buenas estrategias comunicativas de la CAM con los pacientes y su familia. Es curioso señalar que, según algunos estudios, los médicos con formación en medicina alternativa tienden a tener buenos niveles de empatía, semejantes a los de aquellos especializados en medicina familiar y pediatría. Esta interesante observación sugiere que la práctica alternativa es connatural a una buena relación entre el médico y el paciente, pero que, además, la práctica alternativa en pediatría podría abocar a niveles empáticos superiores.
Adicionalmente, respecto de la importancia del dominio sobre temas integrativos por parte del médico, Ben-Arye sostiene que los padres referidos por los médicos a la medicina complementaria esperan de ellos una conversación explicativa sobre los tratamientos, los procesos y los beneficios. También señala que en los casos convencionales los padres son mucho más receptivos a probar métodos integrativos, a diferencia de lo que sucede en los casos alternativos, cuando los padres están más relacionados con los remedios caseros y tradicionales.
Por tanto, las decisiones que tomen los padres de los pacientes pediátricos respecto de las prácticas alternativos o tradicionales deben ser respetadas y orientadas de una manera adecuada. Para ello el médico debe estar relacionado con estas prácticas, aunque no sea él mismo quien las realice, para que las sugiera o dé visto bueno sobre su uso si esa es la decisión de los padres. Sin embargo, no ha de perderse de vista que se trata de integrar lo alternativo y lo convencional; por tanto, el verdadero reto del pediatra bajo esta modalidad consiste en hallar equilibrios, así como contar con elevadas capacidades empáticas y comunicativas, a fin de que no se desacrediten ninguna de las variedades y se encuentre el mejor tratamiento integral según cada caso.
Finalmente, este enfoque en la elección autónoma por parte del paciente (tratándose de pacientes pediátricos, sus padres o tutores) va de la mano con los principios del quehacer médico en la sociedad moderna.
Contextualización
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) [1], la salud se define como «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». En esta misma línea, Rosen [2] sostiene que:
El término salud, ya sea buena o mala, designa un estado dinámico de un organismo que resulta de la interacción de factores internos y ambientales que operan en un espacio-tiempo determinado. Esta generalización se aplica a todos los organismos vivos y sitúa la salud en un contexto ecológico.
El ser humano es una unidad compleja