Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento- Daniel. Carl Friedrich Keil
de un modo general y satisfactorio. El hombre así nombrado era el jefe de campo de la corte de Nabucodonosor. wys'_yrIs' br:ä (la palabra br se emplea en vez de rv, cf. Dan 1, 7. 9, y pertenece al uso posterior del lenguaje, cf. 39,3) significa comandante o jefe de eunucos, es decir, vigilante del serrallo, el Kislar Aga, y en esa línea el ministro del palacio real, jefe de todos los oficiales. Por su parte, con frecuencia, la palabra syrIs', eunuco, deja de tener su sentido básico y se refiere solo a un cortesano, un chamberlán, un asistente del rey, como en Gen 37, 36.
El significado de aybiúh'l., determinado de un modo más preciso por el contexto, es dirigir, es decir, introducir en la tierra de Senaar, en Babilonia. En lae²r"f.yI ynEôB.mi,, Israel aparece como nombre teocrático del pueblo escogido, y no ha de excluirse, como hace Hitz, que aluda también a Benjamín y Leví y a muchos otros que pertenecían a otras tribus, y que en ese momento formaban parte del reino de Judá.
!miW [r;Z<ïmiW, y del linaje, y de… así como ~ymi(T.r>P;h es la palabra zend. frathema, sanscrito prathama, es decir, personas de distinción, magnates. ~ydIäl'y> es el objeto de aybiúh'l. y designa a jóvenes de quince a veinte años. Entre los persas, la educación de los muchachos por los παιδάγωγαι βασίλειοι comenzaba según Platón (Alcib. I. 37), a la edad de catorce años, y según Jenofonte (Ciropedia I. 2), los ἔφηβοι podían entrar ya a los diecisiete años al servicio del rey.
Al escoger a los jóvenes, el jefe de los eunucos debía fijarse en su perfección corporal y en su belleza, así como en sus dotes mentales. El estar libres de taras corporales y el estar dotados de belleza corporal eran signos característicos de nobleza moral e intelectual. Cf. Curcio, XVII. 5, 29. ~Wam., tacha, se escribe con a, como en Job 31, 7.
1, 4. lyKfm, bien dotado, inteligente en toda sabiduría, es decir, en los temas de la sabiduría de los caldeos (cf. Dan 1, 17), se aplica a la habilidad para dedicarse al estudio de la sabiduría. De igual manera han de entender los otros requisitos mentales aquí mencionados. ‘t[;d:’ y[ed>yOÝw>, teniendo conocimiento, mostrando inteligencia; [D"êm; ynEåybim.W, poseyendo facultad adecuada para el conocimiento, para el buen juicio; ~h,êB' x:Koå ‘rv,a]w:, y que hubiera en ellos fuerza, es decir, que tuvieran dotes corporales y mentales apropiadas para estar en el palacio del rey, como siervos, para responder a sus mandatos. ~d"îM.l;l]W¥ (para enseñarles) está en coordinación con aybhl (para llevar) de Dan 1,3 y depende de rmaYw (y él habló).Para este servicio, ellos deben ser instruidos y entrenados en el conocimiento y en el lenguaje de los caldeos. rp,seÞ se refiera a la literatura caldea, y en Dan 1, 17 rp,seÞ y !wvl se refieren a la conversación o a la capacidad de hablar en aquella lengua.
~yDI(f.K;, kashdim, caldeos, es el nombre que se da usualmente: (1) a los habitantes del reino de Babilonia fundado por Nabopolasar y Nabucodonosor; (2) y de un modo más restringido a la clase más alta de los sacerdotes caldeos, y de los hombres instruidos o magos, finalmente a todo el cuerpo de los sabios de Babilonia; cf. en Dan 2, 2. La palabra se utiliza aquí en ese segundo sentido.
El idioma de los caldeos ~yDI(f.K;, no es, como piensan Ros., Hitz. y Kran., la rama aramea oriental de la lengua semítica que se suela llamar lengua caldea, pues esta lengua, en la que los sabios respondieron a Nabucodonosor (Dan 2, 4) se llama allí, lo mismo que en Es 4, 7 y en Is 36, 11 tymra, es decir, arameo (siríaco). La cuestión de cuál era esta lengua utilizada por los caldeos depende de la forma en que se entienda la cuestión muy disputada del origen de los ~yDI(f.K;, Χαλδαίοι.
La referencia histórica más antigua de ~yDI(f.K; se encuentra en ~yDI(f.K; rWa (Ur de los Caldeos, LXX χώρα τῶν Χαλδαίων), el lugar del que Terah, padre de Abrahán salió con su familia para ir a Harrán, en el norte de Mesopotamia. El origen de Abrahán (de Ur de los Caleos), tomado en conexión con el hecho (cf. Gen 2, 22) de que uno de los hijos de Najor, hermano de Abraán, se llamara dfK (Kesed),cuyos descendientes se llamaban ~yDI(f.K;, parece suponer que los ~yDI(f.K; provenían de Sem.
Además de eso, en apoyo de esa misma opinión, se ha añadido también que uno de los hijos de Sem se llamaba dvkPra (Arfaxad). Pero la conexión de dvkPra con dfK no puede probarse, y el hecho de que Najor, hijo de dfK fuera el padre de una raza llamada ~yDI(f.K; es una suposición que no puede probarse tampoco. De todas formas, si hubiera una raza que descendiera de hecho de ese dfK no podría ser otra que la tribu beduina de los ~yDI(f.K;, que cayeron sobre los camellos de Job (Job 1, 17), pero no el pueblo de los caldeos, por lo que se denominaba a Ur, en tiempos de Teraj.
Por otra parte, el hecho de que el Patriarca Abrahán hubiera morado en Ur de los Caldeos no prueba en modo alguno que él fuera un caldeo, pues él podría haberse visto obligado a cambiar de residencia por el traslado de los caldeos hacia el Norte de Mesopotamia para realizar él también este viaje (sin ser él un caldeo).
Por otra parte, resulta incuestionable, y es ahora reconocido, que los habitantes originales de Babilonia era de origen semita, como muestra el relato del origen de las naciones en Gen 10. Conforme a Gen 10, ss, Sem tuvo cinco hijos: Elam, Asur, Arfaxal, Lud y Aram, cuyos descendientes poblaron y dieron origen a los pueblos que siguen.
Los descendientes de Elam ocuparon el país llamado Elymais (Elamítica), entre el bajo Tigris y las montañas de Irán; los hijos de Asur poblaron Asiria, que yace en el país de colinas, en el norte, entre el Tigris y la cordillera de Irán; los de Arfaxad habitaron en la zona llamada Arrapachitis, sobre el alto Tigris, en la ribera oriental de ese río, de donde comenzaron a descender los habitantes de Armenia. Lud, el padre de los Lidios, es el representante de los semitas que fueron hacia el occidente, hacia Asia Menor. Y Aram es el padre de los semitas que se extendieron a lo largo del curso medio del Eufrates, hacia el Tigris, en el este, y hacia siria en el oeste. A partir de aquí, M. Duncker (Gesch. des Alterth.) ha concluido lo siguiente:
Según este catálogo de naciones, que muestra la extensión de la raza semítica desde las montañas de Armenia, hacia el sur (hacia el Golfo Pérsico) hacia el este (hacia las montañas de Irán) y hacia el oeste (hacia Asia Menor), podemos seguir a los semitas a lo largo del curso de los dos grandes ríos, el Eufrates y el Tigris, hacia el sur. Hacia el norte de Arfaxad yacen las montañas de Cadim, a los que los griegos llaman Chaldaei, Carduchi, Gordiaei, cuya frontera hacia Armenia era el río Centrites.
Si encontramos el nombre de caldeos también en el bajo Eufrates y si, en particular, ese nombre designa una región en la ribera occidental del bajo Eufrates, hasta su desembocadura, como límite extremo de la tierra regada por el Eufrates, hacia el desierto arábigo, no podemos dudar de que ese nombre fue traído de las montañas de Armenia al bajo Eufrates.
Beroso utiliza de un modo intercambiable los dos nombres, Caldea y Babilonia, para referirse a toda la región entre el bajó Eufrates y el Trigris, hasta el mar. Pero es importante anotar que el nombre semítico original de la región es Senaar, y es distinto de Caldea; y es notable el hecho de que los sacerdotes de Senaar se llamaran especialmente caldeos, y también que en los fragmentos de Beroso se llame a los patriarcas caldeos de esta o aquella región y que también los dirigentes nativos de la región se llamaran caldeos.
Por todo eso, debemos concluir que hubo una doble migración desde el norte hasta las regiones del bajo Eufrates y del Tigris, que esas zonas fueron ocupadas primero por los elamitas que vinieron a lo largo del Tigris; y que después vino otro grupo desde las montañas de los caldeos, a lo largo de la ribera occidental del Tigris, y que ellos pastorearon primero sus rebaños por un tiempo en la región de Nísibe y que finalmente siguieron el curso de Eufrates, obteniendo la superioridad sobre los habitantes anteriores, que habían surgido del mismo trono (¿) y que se habían extendido hacia el oeste, desde la desembocadura del Eufrates. La supremacía que ellos alcanzaron de esa forma fue ejercida por los jefes de los caldeos; ellos fueron las familias dirigentes del reino, que ellos fundaron con su autoridad, adoptando así la forma antigua de civilización del lugar.
Si, de acuerdo con esta visión, los caldeos eran ciertamente no semitas, aún no se ha decidido si ellos pertenecían a la raza jafetita de los arios o si, como C. Sax22 ha intentado probar, ellos eran probablemente de la raza hamítica de los cusitas, una nación que pertenecía a la