Entrenamiento mental. Terry Orlick

Entrenamiento mental - Terry Orlick


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      El no llegar al máximo de tu capacidad potencial en el deporte, en los estudios, el trabajo, las relaciones sociales, la salud o en la vida suele depender de no haber estado totalmente centrado en estar donde debes estar o de no centrarte en los aspectos positivos que te ayudan a alcanzar las metas. Asegúrate de que el centro de atención que aplicas en el aprendizaje y en las actuaciones te ayuda de verdad y no te perjudica. El mejor camino consiste en centrarte en una actitud positiva durante los altibajos y concentrarte por completo en lo que has emprendido y mien-tras lo haces. Esta actitud elevará el nivel y solidez de tu rendimiento y tu calidad de vida. Decide centrarte en aplicar todas tus buenas intenciones y a diario. Después de decidirte a despuntar en tu rendimiento, o a sobresalir en la vida y optar por perseguir ciertas metas con total concentración, otras miles pequeñas decisiones irán surgiendo de forma natural a diario.

      Alcanzar la meta de la excelencia personal es una elección. Elige hacer cuanto esté en tu mano por cumplir los objetivos y los sueños, mejorar tu centro de atención, elevar tu nivel y la solidez de tu rendimiento, disfrutar más y obtener mayor satisfacción personal de tu búsqueda. ¡Decídete! Una meta de actuación (o meta de relación) no tiene por qué ser el único objetivo en tu vida, pero deber ser lo único en tu vida mientras estás implicado en hacerlo, experimentarlo o llevarlo a la práctica.

      Todo el mundo comienza en un punto de partida diferente respecto a sus valores personales. Cuando desarrollas y amplías esos valores, aunque sea por períodos cortos, te vuelves mejor y más activo, llegando a tocar la esencia de la excelencia. Al mejorar el centro de atención, aumentas en gran medida las posibilidades de viajar en direcciones positivas y alcanzar tu potencial en distintos aspectos de la vida. Puedes decidir recorrer ese camino de alegría y excelencia, o no. La decisión es tuya.

      CENTRARSE CON BECKIE SCOTT

      Beckie Scott fue la primera norteamericana en ganar una medalla de oro olímpica en esquí de fondo. Comencé a trabajar con Beckie el año que competía en las Olimpiadas de Salt Lake City. En sus experiencias olím-picas previas, su mejor resultado fue el puesto 45. En las Olimpiadas de invierno de Salt Lake City en 2002, ganó un oro. En 2005-2006, su última temporada, comenzó ganando la Copa del Mundo, subió al podio en 10 ocasiones y ganó una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Turín en 2006.

      Cuando comenzamos a trabajar, Beckie ya había adquirido un alto grado de compromiso con los entrenamientos y las competiciones. Para elevar su aptitud mental para poder subirse al podio (y llegar a lo más alto de ese podio), Beckie tuvo que refinar el centro de atención en las carreras, decidirse a dar todo en cada prueba, esquiar con inteligencia y esquiar para ganar.

      Se convirtió en una ganadora habitual, llegando a cada competición con un plan y un centro de atención específicos, decidida a ejecutar ese plan en las carreras, a evaluar con diligencia (por escrito) el centro de atención en las carreras tras cada prueba, a extraer lecciones (qué fue bien, qué pudo haber ido mejor) y a planificar el trabajo con las lecciones sobre el centro de atención para la siguiente carrera. Mediante la continua ejecución y mejora de sus planes de atención en las carreras, aumentó su confianza en sus capacidades y su centro de atención, sobre todo ante el desafío de una carrera o al experimentar graves molestias (o mucho dolor), lo cual forma parte de las pruebas de fondo.

      Otra destreza importante que ayudó a Beckie a ser una esquiadora de alto nivel mejor y más sólida, y un ser humano mejor, fue nuestra labor para evitar las distracciones. Muchas distracciones afectan a los deportistas de alto rendimiento (y a otras personas en trabajos de gran exigencia) en el curso de sus carreras –malos resultados, contratiempos, lesiones, enfermedades, compañeros de equipo, colegas del trabajo, entrenadores, jefes, dudas, el tiempo pasado lejos de casa y la familia, y, en el caso de Beckie, las expectativas y las exigencias de tiempo que implicó el oro olímpico.

      Por supuesto, las distracciones que no se pueden anticipar también surgen en el camino. Durante la fase de preparación de Beckie para el año olímpico de 2006, yo estaba en un campus de entrenamiento en Chile con el equipo canadiense de esquí alpino cuando recibí un correo electrónico de Beckie. Su marido y compañero de entrenamiento, Justin, se acababa de romper el cuello en un accidente con la bicicleta de montaña. Por suerte, la médula espinal de Justin no había resultado seccionada. Se recuperó por completo y estuvo con Beckie en las Olimpiadas de Turín.

      Las distracciones, grandes y pequeñas, forman parte de la vida. Nadie es inmune a ellas, por lo que cuanto mejor sepas enfrentarte a ellas, sepas evitarlas, estar centrado a pesar de ellas y cuanto más aprendas de ellas, mejor. En la siguiente entrevista, Beckie comparte aspectos clave de la odisea personal que le condujo a la excelencia en el exigente deporte del esquí de fondo.

Terry: De lo que hicimos juntos, ¿qué te ayudó más en la búsqueda y alcance de tus metas?
Beckie: Creo que al principio fue el exhaustivo y detallado proceso de planificación, ejecución y evaluación lo que estableció los cimientos y me sirvió de base para sacar lo mejor de mí misma mentalmente en el entrenamiento, en las carreras y, por último, en la vida. Fue un proceso paso a paso, día a día en marcha todo el año. El proceso estuvo siempre dedicado a mejorar, a alcanzar la máxima calidad y a llegar a donde quería ir. Comenzó con hojas de cálculo muy detalladas y con mucho trabajo mental, y más tarde evolucionó a un proceso que se convertiría en una segunda naturaleza.
Me preguntaba casi a diario: ¿Qué voy a hacer hoy que me acerque a mis metas? ¿Cómo voy a hacerlo? Y al final del día me preguntaba: ¿Qué ha ido bien, y qué podría haber ido mejor? En el último año en activo, que considero el de mayor éxito, casi no tuve que hacerme esas preguntas. Sabía exactamente lo que necesitaba para alcanzar las metas, cómo iba a hacerlo, y cuándo buscar algo de ayuda y apoyo en caso de necesidad. Estaba segura de que cuando todo acabara podría mirar atrás y afirmar que hice cuanto pude por dar lo mejor de mí misma.
Desarrollar y ejecutar un plan detallado en una carrera fue otro de los elementos cruciales de mi éxito. En el año previo a las Olimpiadas de Salt Lake City en 2002, tuvimos la oportunidad de competir en la Copa del Mundo en las mismas pistas que serían el escenario de las Olimpiadas. Aprendí mucho durante aquella Copa del Mundo sobre el trazado, y me sentí muy segura de que, dada la oportunidad, podría capitalizar lo aprendido. Durante el año que acabó con las Olimpiadas de 2002, también pasé mucho tiempo sola y con mi equipo en aquellas pistas. Había decidido hacer un esfuerzo especial para entrenar cuanto pudiera en ellas. Cuando llegaron las Olimpiadas, no sólo había alcanzado un tremendo nivel de comodidad y familiaridad con aquellas pistas y sus alrededores, sino que había trazado un plan específico para las carreras. Estaba segura de que si lograba dominar el aspecto físico de la carrera, tendría en marcha la mejor estrategia.
El día de la carrera, la prueba de persecución consistía en dos carreras de 5 km con un intermedio de una hora y media. Seguí al pie de la letra el plan para la primera prueba de 5 km y me situé en una posición perfecta para la segunda. Unos pocos segundos separaban a un grupo de seis mujeres. Conocía cada cuesta, cada curva, cada bajada y zona llana del recorrido, y cuando llegó el momento de aprovecharlo, lo hice. Por supuesto, no sabía cómo reaccionarían las otras competidoras, pero estaba preparada para esprintar en la meta si fuera necesario, sabiendo que debería abrirme en la última curva y meterme en el carril externo llegado el caso. Al final del día, gané la prueba olímpica de 10 km (la combinada de dos carreras de 5 km) por una décima de segundo. Supe que todo el trabajo previo y la ejecución de la estrategia para la carrera totalmente centrada y con una perfecta ejecución eran los responsables.
Terry: Después de ganar la medalla olímpica de oro, hubo mucha gente que quiso que le dedicaras tiempo. ¿Cómo trataste de compaginar tus necesidades a pesar de tanta gente ávida de saber de ti?
Beckie: Durante los meses que siguieron a los Juegos de Salt Lake City, todos me prestaron mucha atención y me requerían
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