Entrenamiento mental. Terry Orlick

Entrenamiento mental - Terry Orlick


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carrera y aprovechar al máximo cuanto tenía para, por lo menos, asegurar mi segundo puesto en la general y acortar distancia con el primer puesto. Tenía que ignorar por completo lo que sentía mi cuerpo y decirme en todo momento y hacer que hiciera lo que necesitaba. Así que empecé a esquiar en las mangas y estuve todo el día hablándome, corriendo con un planteamiento muy táctico, de forma agresiva, con decisión y, por suerte, lo bastante rápida como para seguir avanzando. Entre una y otra manga, tenía escalofríos y me tuve que poner encima toda la ropa que tenía, pero seguí diciéndome que era la humedad y seguí moviéndome para mantenerme caliente. Terminé segunda aquella noche. Al pensar ahora en aquello, creo que, de todas las experiencias extraídas en las carreras, aquel día fue para mí el que define la fortaleza mental. Tras la carrera, viajamos de China a Japón; básicamente me pasé los siguientes tres días en cama tratando de recuperarme y recabar fuerzas para la prueba final del título de la Copa Mundial. A pesar de estar enferma, me sentí totalmente relajada durante aquel trance, sabiendo que no tenía nada que perder, que todo el mundo estaba cansado, que ese reto era lo mejor que tenía y que, a pesar de lo que ocurriera en la próxima carrera, había completado una temporada sorprendente. Me acerqué a la línea de salida de aquella carrera habiendo visto el trazado sólo durante el calentamiento de esa mañana. Todas estábamos alineadas y listar para salir cuando el comentarista dijo: «Ésta es la última carrera de Beckie Scott», y todo el mundo en el área de la salida comenzó a aplaudir y vitorearme. Fue una sensación fantástica saber que iba a dejar aquel deporte en la cima del éxito y con tantos buenos amigos, así que decidí en aquel momento en la línea de salida que si en China casi gané estando como estaba, podría ganar sin duda en Japón con tres buenos días de reposo a mis espaldas. Concentré cada fibra de mi ser en la carrera, y corrí con inteligencia, decidida y con una buena táctica. Aproveché la oportunidad, cuando surgió, de ganar y di todo cuanto tenía para ganar la carrera.Y lo conseguí. Gané la última carrera de mi vida deportiva. Terry: ¡Ésa fue una gran victoria! Durante el curso de tu carrera deportiva mantuviste un gran compromiso con las pruebas de esquí, pero también con tu familia. ¿Cómo lograste alcanzar un equilibrio? Beckie: Tengo una familia amplia pero estamos muy unidos. Pasar tanto tiempo lejos de ellos y mantenerme centrada en el entrenamiento y la recuperación durante los cortos períodos que lograba pasar con ellos era realmente duro. Pero lo consideraba parte de mi compromiso para ser una buena esquiadora, y, en último término, consideraba el poco tiempo que pasaba con ellos importante para mi felicidad, mi equilibrio y el disfrute de la vida. Estar con mi familia me permitía ver las cosas con perspectiva con más frecuencia que en otras ocasiones y eso es probable que me mantuviera cuerda. También conté con el apoyo incondicional de mi marido, Justin, porque también era un esquiador de fondo y sabía exactamente por lo que estaba pasando. Durante los últimos años de competición, se convirtió cada vez más en mi compañero de entrenamiento. Aunque no pudiera participar de facto en las sesiones de entrenamiento, estaba allí.Yo solía ir a casa patinando cuando se hacía tarde, entonces oía un coche que se ponía a mi lado y veía a nuestro perro labrador, Henna, sentado en el asiento junto al conductor. No importaba lo irritada que estuviera por la fatiga y la soledad del entrenamiento. Me animaba y tenía que sonreír, porque allí estaban, mi pequeño equipo, siempre listo para conducirme a casa. Terry: ¿Cuál crees que fue la lección más importante que aprendiste de mí? Beckie: Si pienso desde el principio hasta el presente, y más específicamente en esta temporada pasada, creo que la lección más importante que aprendí fue la poderosa naturaleza del proceso de toma de decisiones y ver cómo las cosas pueden cambiar o verse influidas por una decisión. Aunque parezca uno de los capítulos finales sobre los que trabajamos, ahora me doy cuenta de que, desde el principio, estaba presente la idea de hacerlo lo mejor posible todos los días de entrenamiento con una cuidadosa planificación y evaluación, o decidir que la adrenalina y la energía nerviosa eran buenas y me ayudarían a esquiar más rápido en vez de limitarme, o decidir que tenía mucha confianza en mí y estaba totalmente preparada (incluso si la preparación había estado lejos de ser ideal) o decidir cambiar las situaciones negativas o potencialmente adversas por otras positivas que me pudieran beneficiar o de las que aprender. Creo que virtualmente todo lo que conseguí emana de asumir la responsabilidad de tomar decisiones y de la fuerza que se extrae cuando uno se decide a algo. Terry: Me interesa mucho saber cómo cambiaron a lo largo de los años que trabajamos juntos tu fe y la capacidad de tu centro de atención. Sé que ese año eras consciente de que podías ganar o subir al podio. ¿Cómo describirías ese aumento de la confianza en ti misma y en tu centro de atención? Beckie: Recuerdo que pregunté a una compañera de equipo, en una de mis primeras carreras en la Copa del Mundo, cuándo creía que se retiraría Elena Valbe (una famosa esquiadora rusa que dominó muchos años el esquí femenino). Tenía 20 años y había quedado en el puesto 58 en la carrera, por lo que debería haber pensado en otras mujeres y no en Valbe. Pero incluso entonces, y sin que hubiera habido señales de un gran talento o capacidad por mi parte, estaba decidida a no quedarme toda la vida en el puesto 58 y que algún día sería lo bastante buena como para ganar pruebas de la Copa del Mundo. No estaba segura de que pudiera batir a Valbe. Creo que siempre que experimentaba algún éxito, o alguna medida de él, mi confianza aumentaba un poco. Con cada nueva experiencia y entrenamiento, y con todas las pequeñas cosas, estaba iniciando poco a poco un camino para tener éxito cada vez que me pusiera en la línea de salida. Esto evolucionó hasta el punto de empezar a creer que era posible ganar. El último año de mi carrera deportiva sabía exactamente lo que tenía que hacer para ganar o estar siempre en el podio en todos los terrenos. Entrenamiento, recuperación, nutrición, psicología, todo, no había un aspecto en el enfoque general de las carreras de esquí que hubiera pasado por alto o en el que tuviera alguna carencia. Sólo con haber hecho esto, haber entrenado y haberme preparado para la temporada de este modo, adquirí mucha confianza. Sabía que cuando me pusiera en la línea de salida iba a estar igual de preparada, si no mejor, que cualquiera de las que estuvieran allí. Terry: ¿Algún comentario final, Beckie? Beckie: Tengo que decirte que para mí se trata de una experiencia de carácter circular, tal y como se describe en tu libro. Recuerdo que la primera edición que tuve de Entrenamiento mental me la dio mi entrenador, Les Parsons, en Vermilion, después de haberme perdido toda una temporada por una mononucleosis. Creyó que leer tu libro sería el mejor inicio para otra temporada de entrenamiento, y desde aquel momento en adelante llevé el libro conmigo a todas partes. Más adelante, el año antes de las Olimpiadas en Salt Lake City, recibí una copia revisada, que es donde encontré tu dirección de Internet en las últimas páginas. Contacté contigo y el resto ya es historia. Nunca podría haberme imaginado a los 18 años cuando leí tu libro que algún día sería una de las deportistas incluidas en él. ¡Qué periplo más increíble ha sido!

      CAPÍTULO 4

      EL CAMINO DE LA EXCELENCIA

      Alcancé uno de mis puntos culminantes en el deporte cuando llegué a dominar el cuádruple salto mortal hacia atrás con giro. Todavía recuerdo lo bien que me sentí. En aquel momento, sólo había un par de personas en el mundo que hubieran logrado esa hazaña en los entrenamientos, y yo ejecutaba ese movimiento con precisión en las competiciones.


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