Entrenamiento mental. Terry Orlick

Entrenamiento mental - Terry Orlick


Скачать книгу

      NO SÓLO QUEREMOS VIVIR, SINO TENER ALGO POR LO QUE VIVIR. PARA ALGUNOS, ESTO SIGNIFICA ALCANZAR NUESTRO POTENCIAL EN EL DEPORTE O EN OTRO CAMPO EXIGENTE DONDE LOGRAR LA EXCELENCIA.

      Tal vez para otra persona podría no haber supuesto una diferencia, pero sí en mi caso, y me enseñó varias lecciones sobre cómo alcanzar otras metas importantes en la vida. Fue grande lograr algo que exigía un enorme compromiso y una total atención para ampliar mis límites.Y aunque no me di cuenta en aquel momento, tal vez más importante aún es que fueron mis experiencias como deportista las que me enseñaron mucho sobre la atención requerida para sobresalir en otras áreas de la vida.

      EL COMETIDO

      La empresa que supone dar lo mejor de ti mismo, sobresalir, lograr el máximo nivel de rendimiento, ser el mejor en un terreno, es una búsqueda constante del ser humano que permite un continuo crecimiento personal, aportar más a los demás y tener una vida más plena de significado. Si a nadie le importara la calidad de nuestras aportaciones, actuaciones, trabajos, creaciones, productos, servicios, relaciones o interacciones, nuestra sociedad experimentaría un retroceso e iría a peor.

      Jugadores como Sydney Crosby sirven de inspiración para cambiar nuestras ideas sobre los límites de lo que es posible.

      Sin embargo, lograr niveles altos de rendimiento en cualquier campo no es una tarea fácil. Hay que superar numerosos obstáculos y salvar muchas barreras por el camino. Llegar a ser una persona experta que aporte algo de valor en cualquier campo –el deporte, las artes, la medici-na, la ciencia, los negocios, la política, la tecnología, el comercio, el sector servicios, la literatura, la docencia o la paternidad– se consigue con un elevado nivel de compromiso, con capacidad para ver las posibilidades positivas, con el establecimiento de un centro de atención y con el afianzamiento de la fe en tu propio potencial.

      Los mayores obstáculos en la búsqueda de la excelencia son de naturaleza psicológica y nos los imponemos nosotros mismos, a menudo sin darnos cuenta. Mi fracaso por no intentar un quinto salto mortal es un buen ejemplo. Nunca me planteé la posibilidad de que fuera posible. Tal vez era como la barrera de los cuatro minutos en la milla. Durante un tiempo se consideró imposible romper esa barrera, hasta que un hombre lo hizo y entonces muchos más hicieron lo mismo. La preparación física o técnica de los corredores no había cambiado; lo que sí había cambiado era la creencia en que era posible. A medida que cambia nuestro concepto sobre los límites, éstos también cambian.

      Mientras viajaba por el sudeste asiático, tuve la oportunidad de ver a hombres descalzos que caminaban sobre carbones encendidos. Aquellos rescoldos al rojo generaban un calor increíble, y, sin embargo, quienes caminaban por ellos salían indemnes y sin ampollas. ¿Está tal hazaña al alcance de los seres humanos normales? ¿Cuántos de nosotros creemos posible caminar sobre carbones encendidos? ¿Cuántos de nosotros alguna vez accederán a una capacidad semejante para lograr metas importantes? Ahí se encuentran nuestros límites. Quienes caminan sobre fuego y los mejores del mundo en su campo están hechos de la misma madera que tú, pero su centro de atención es diferente. Ahí radica su fuerza. Cuando consigues borrar las barreras que impone el «im» de imposible y te centras en las posibilidades, casi cualquier cosa es posible. Estar centrado y creer dan vida a nuevas realidades en toda búsqueda humana.

      ¿Alguna vez has hecho algo que al principio concibieras como imposible? ¿Alguna vez has pensado: Nunca lo conseguiré, no voy a tener éxito. De ninguna forma esto va a salir bien o No hay manera de ganar a éste y aun así has tenido éxito? Tu equipo o tú conseguisteis una meta que al principio parecía imposible de lograr. La mayoría hemos vivido experiencias en las que pensábamos, al menos momentáneamente, que no podíamos hacer nada y luego sí pudimos. Si recuerdas alguna experiencia de este tipo, piensa en cómo tú (o tu equipo) conseguisteis alcanzar la meta. ¿Cuál fue tu centro de atención para que así sucediera? Hay varias grandes lecciones sobre la forma de concentrarse en estas experiencias de cómo tú y otros podéis convertir ideas negativas en positivas, lo imposible en posible.

      Todos los años en los deportes de equipo, incluso al máximo nivel, equipos que se supone que no pueden ganar vencen a equipos que tienen mucho más a favor. ¿Cómo lo consiguen? Ganan porque su atención colectiva está centrada en lo correcto. Todos participan, todos rinden al máximo, y todos están totalmente centrados en lograr la misión, paso a paso, segundo a segundo, desde el principio hasta el final. Los jugadores están tan concentrados en hacer lo que creen posible que no dejan que ninguna idea de imposibilidad se deslice en el camino de la consecución de la misión.

      LA BÚSQUEDA

      Han pasado muchos años desde que dejé el deporte de competición, pero sigo disfrutando de experiencias agradables ligadas a la actividad física, sobre todo al aire libre, corriendo, montando en kayak y piragua, esquiando y montando en bicicleta. Nunca practiqué un entrenamiento formal ni tampoco competí en ninguna de esas actividades, pero me sirven de desafío y diversión. Me encanta correr por una playa vacía al salir el sol o a la caída de la tarde con el ruido de las olas, u oír el viento soplando mientras corro por las sendas del bosque o la montaña, o paleo con mi kayak por un lago en completa calma o con un fuerte viento de cara. A menudo son los momentos de mayor plenitud de la jornada, probablemente porque me hacen sentir vivo. Me liberan de todo lo demás y me absorben por completo física, mental y emocionalmente.

      Una noche despejada de frío invierno, bajo la luna llena, salí con unos vecinos a remontar una montaña esquiando hasta una casita de madera escondida entre los árboles. Aquella noche majestuosa la nieve brillaba como cristales bailando bajo la luna. En la cabaña encendimos un fuego, tomamos un poco de vino y estofado y nos reímos un rato; luego, nos encaminamos montaña abajo. Mientras descendía, me fundí con la montaña, sin saber dónde acababa ni dónde empezaba. Me confundí con ella y la sentí como parte de mí mientras bajaba por aquel camino lleno de nieve. Pasaba cada pocos momentos de la sombra a la luz de la luna que se filtraba entre los árboles. Estaba totalmente absorto por la experiencia. Era algo nuevo, un reto, algo sensual, divertido, emocionante, físicamente exigente, un encuentro con la naturaleza, una experiencia memorable, de ese tipo que vuelve grande estar vivo. En pocos otros contextos tenemos tan estrecho contacto con otras personas, y con nosotros mismos, como en la naturaleza o en el deporte.

      El deporte, la actividad física, la naturaleza y otras actividades atractivas ofrecen abundantes oportunidades para gozar de libertad durante cortos períodos en los que disfrutar de momentos especiales que no se encuentran en otros ámbitos de la vida. Podemos emprender una búsqueda de emociones, camaradería, alegría, control personal o riesgo mediante la aceptación deliberada de los retos a los que nos enfrentamos con pasión. Experiencias como éstas nos hacen sentir más vivos y más capaces de dirigir al menos una parte de nuestro destino. Se obtiene una gran satisfacción de estas experiencias, llegando a ser más competentes y sintiéndonos más vinculados y con control. El proceso continuo de búsqueda y afrontamiento de retos significativos para nosotros y dentro de nuestra capacidad asegura que sigamos aprendiendo y creciendo.

      Como kayakista de aguas bravas descubrí que el desafío de bajar por un río no consiste en el reto entre hombre y naturaleza, sino en la fusión de ambos. No se conquista el río, sino que se experimenta y se trabaja conjuntamente para hallar el curso correcto. El riesgo calculado, la sensación momentánea de tener una finalidad y la intensidad de la experiencia te permiten sentirte exultante y algo mejor de lo que eres. Esta experiencia es más una búsqueda de vínculos y realización personal que una búsqueda de victorias sobre otros o sobre el río. La aceptación de estas experiencias se convierte en la meta, y cada experiencia permite el crecimiento personal, la mejora del rendimiento, es un proceso de descubrimiento de uno mismo, de introspección, o tal vez la experiencia simplemente sea interesante, divertida o significativa por sí misma.

      Hallar sentido o un propósito a lo que experimentas, a lo que haces o persigues puede marcar la diferencia entre la excelencia y la mediocridad, entre la vida y la muerte. Aunque el significado que hallamos en estas experiencias sea único en cada


Скачать книгу