Entrenamiento mental. Terry Orlick

Entrenamiento mental - Terry Orlick


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hasta sentir que podía asumirlo de nuevo. También me esforcé por reforzar los lazos con amigos y conocidos y mantenerme cerca de ellos en este período, porque quería demostrarles que eran quienes realmente importaban y estarían siempre allí, fuera o no una campeona olímpica. Terry: Parte de tu plan de aprendizaje continuo consistía en la evaluación continua y aplicación de las lecciones aprendidas, para extraer los aspectos positivos de toda actuación, para evaluar el centro de atención y aprender de toda experiencia. ¿Puedes comentar qué hiciste durante los años que trabajamos juntos? Beckie: Durante cinco años (desde que empezamos a trabajar juntos), me senté a escribir después de toda carrera, incluso después de las contrarrelojes, para realizar una evaluación en la que describía básicamente lo que había salido bien, lo que fue mal y lo que debía hacer mejor la próxima vez. Fue un proceso crítico para asegurarme de que ninguna experiencia, fuera buena o mala, se desperdiciaba y que yo seguía creciendo como deportista y como persona cada vez que me ponía en la línea de salida, fuera una contrarreloj sobre patines por mi cuenta y sólo con mi marido para tomar los tiempos, o una carrera olímpica. En muchas ocasiones, al registrar las marcas y pensar en lo que había ocurrido, me daba cuenta de cosas que no habían sido evidentes antes. Toda carrera era una oportunidad de aprender. Terry: ¿Qué significa para ti estar centrada? ¿Puedes describir lo que es, cómo se siente uno, o cómo se te revela? Beckie: Creo que el mejor modo de describir lo que supone estar totalmente centrado es mediante la descripción de una sensación. Realmente no hay emociones ligadas a esta experiencia ni patrones de pensamiento específicos. Se parece a llevar unas gafas especiales con las que todo en tu interior es de una claridad diáfana. Tus pensamientos, sentimientos, sensaciones físicas y todo lo que está fuera de ti no tienen importancia, o no se cruzarán en tu camino, son irrelevante y se muestran confusos y borrosos. Estás totalmente presente, en el momento absoluto, lista para reaccionar, responder y rendir como haya que hacerlo, del modo que necesites hacerlo. Estás simplemente «allí» y la sensación es agradable. Una de mis mejores actuaciones esa última temporada fue la salida en masa en una carrera de 15 km en la que estuve a la cabeza desde el principio hasta el final durante un trazado muy exigente y con mucho frío. Había decidido de antemano que me gustaba el frío (en realidad no es así), que no estaba cansada (lo estaba) y que podría ganar si hacía una carrera perfecta. Acudí la mañana de la carrera centrada, positiva, tranquila y relajada, pero también decidida cien por cien a hacer una gran carrera, e inicié los preparativos rutinarios previos a la carrera con esa actitud mental. Todo fluyó a partir de ese momento, y aunque hubo algunas dificultades, inconsistencias y cosas que no salieron del todo bien, las afronté bien y las resolví con facilidad. Cuando comenzó la carrera, mi centro de atención pasó al modo de competición, y «me metí» totalmente en la carrera. En las carreras con salida en masa, comienzas rodeada por hasta 60 mujeres, y no sólo debes saber esquiar por tu cuenta, sino también reaccionar y responder a la carrera que se desarrolla a tu alrededor. Comenzó la carrera, y aunque estaba al tanto de lo que pasaba detrás y a mi lado, me mantuve totalmente centrada en la tarea que me esperaba, que era esquiar lo más rápido posible. Este tipo de concentración total (en la tarea, pero dejando abierta la puerta de la percepción) te permite mantener monólogos durante ciertos momentos en que hay que vencer el dolor extremo, liberar adrenalina al recibir los ánimos de los espectadores, tomar decisiones en décimas de segundo e introducir ajustes y modificaciones cuando los entrenadores te suministran información durante la carrera. La sensación cuando crucé primera la línea de meta, tras 45 minutos de realizar una de las carreras más duras y exigentes físicamente de mi vida, no sólo fue de alegría por lo hecho, sino también de orgullo por haber ganado la carrera más por deter-minación mental y por haber estado totalmente centrada en hacer lo que debía hacer para ganar que por cualquier otra razón. Terry: ¿Puedes comentar el papel de la recuperación de la atención para volver al buen camino del pensamiento positivo cuando surgen dudas o el miedo penetra en la mente, y dar un par de ejemplos específicos que hayas utilizado? Beckie: Creo que los momentos de mayor duda y preocupación se presentaron en forma de enfermedades y lesiones. Cuando el cuerpo es tu medio de vida y necesitas entrenar muy duro y de forma prolongada para ganar, estar mermada por una enfermedad o lesión puede ser una experiencia muy desestabilizadora. Normalmente tenía conciencia de tales situaciones y era capaz de volverme a centrar, manteniendo la perspectiva de las cosas, y sin salirme del camino con un par de tácticas. Cuando estaba enferma, me decía que era el turno de mi cuerpo, que era la forma en que el cuerpo me decía: Es suficiente, ahora necesito descansar. A menudo, en vez de pasar esos días indolentemente en el sofá o la cama, hacía algo constructivo: planificar la vuelta después de estar varios días con gripe o un constipado, para hacerlo mejor que nunca. Usaba todo ese tiempo en provecho propio y me decía no sólo que iba a salir de aquello totalmente repuesta y supermotivada, sino también que me iba a beneficiar del tiempo de descanso, y que ese período de reposo era exactamente lo que mi cuerpo y mi mente necesitaban para mejorar. Con las lesiones la cosa era un poco distinta. El verano previo a las Olimpiadas de 2006 sufrí una lesión en el hombro, en el manguito de los rotadores, por lo que estuve un mes sin usar el brazo izquierdo. No sólo tuve que mantener una actitud positiva y creer que me curaría, sino que también tuve que esforzarme por vencer los sentimientos de desesperación y frustración por estar en esa tesitura el año de las Olimpiadas. Finalmente, me di cuenta de que tenía que tomar una decisión, y me decidí de nuevo por aprovecharlo en mi propio beneficio. Como no podía usar los brazos, comencé a entrenar en exclusiva con una técnica sólo para las piernas. Decidí que iba a perfeccionar mi técnica de esquí de cintura para abajo. Cuando llegó el momento de volver a usar los brazos, volé simplemente porque había estado esquiando sólo con las piernas y las había preparado con trabajo adicional además de las sesiones normales. Al final, creo que, al haber decidido que la lesión iba a ser ventajosa para mí, salí de ella mejor que antes. Terry: ¿Cómo lo hiciste para esquiar con inteligencia y darlo todo durante aquel período tan duro como fueron las dos últimas carreras de tu vida profesional después de las Olimpiadas de 2006, cuando estabas enferma y te sentías agotada? Beckie: Durante la última temporada de mi carrera estaba luchando por el título en la Copa del Mundo con una gran esquiadora noruega. Nos separaban sólo unos pocos puntos. El título se iba a dirimir básicamente en las dos últimas carreras, y éstas estaban programadas justo después del matador programa de las Olimpiadas. La mañana de la penúltima carrera por el título mundial me desperté con un fuerte dolor de garganta, el cuerpo me dolía y tenía dolor de cabeza. También estaba sufriendo el desfase horario por viajar en avión y estaba muy deprimida por el lugar. Estaba en uno de los lugares peores, más industrializados y contaminados que he visto en mi vida. El aire era de color pardo, no se podía ver el horizonte ni beber el agua, y aquello me deprimía. Sin embargo, sabía que era una de mis últimas oportunidades de luchar por el título y que de algún modo tendría que superar mi estado físico y competir. Me tuve que convencer de que podía hacerlo y me decidí a decirme que sólo era una fuerte reacción alérgica por la contaminación (aunque nunca había sufrido una en mi vida). Decidí que no iba a afectar mi rendimiento ni mis capacidades. Volví a pensar en algo que habías dicho en una ocasión, que «el cuerpo es tonto, es decir, que seguirá a tu centro de
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