Salto de tigre blanco. Gustavo Sainz

Salto de tigre blanco - Gustavo Sainz


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de la representación, se encuentran abrazados indisolublemente en una sagrada figura coital. La mujer, de características numinosas y sobrehumanas, es comparada a la serpiente. Entre las diosas tántricas, las terroríficas se manifestaban al devoto llevando cadáveres y partes anatómicas, en especial cráneos, a manera de ofrendas. Para adquirir la videncia mágica, el devoto se entregaba a la diosa desnuda que realizaba el acto sexual encima de un cadáver (Lojo de Bauer 557). En el misticismo cristiano ¿no eran los carmelitas, tanto como los jesuitas, los que practicaban ritos en los cuales blandían el cráneo como un memento mori? No es de extrañar que Simone y sus amigos se ataviaran con vestimentas clericales en su ronda española… Que el ojo se halle en la genitalia femenina, conocida como vesica piscis o sencillamente como el yoni, la antigua matriz del mundo y la puerta a la vida y al cielo, implica una inversión del simbolismo tradicional metafísico del órgano óptico. El ojo representa allí el reemplazo de lo intelectual por lo instintivo. El desplazamiento hacia abajo, del ojo a la genitalia, se basa en una arcaica ecuación metafórica y metonímica entre los dos. Jung consideraba el ojo como el modelo por excelencia del Mandala, símbolo del centro y la totalidad. El ojo, reflejo de la genitalia femenina en sí por su forma oval y sus atributos, ubicado en el sexo femenino, simboliza su reintegración a la fuente original… En fin, más tarde mi marido empezó a dibujar. Si escribo sobre esto me gustaría incluir sus dibujos…

      Yo entiendo por desnudez un estado que predispone a la emoción sexual. Fenómeno histórico relativamente reciente, ya que hace quinientos años la desnudez, mucho más habitual que ahora, no era sinónimo de sexualidad…

      Yo creo que el amor exige la entrega de la más íntima vulnerabilidad. Equipamos a alguien con los cuchillos más afilados, y nos desnudamos por completo. Luego lo invitamos a acercarse. ¿Qué hay de aterrador en ello? (Ackerman 18)…

      Yo quería montar en bicicleta estática en rehabilitación… Necesito hacer ejercicio… Fui al Palenque a terminar de leer los reglamentos y se acercó Gorgonzola… Me habló de mi marido como si lo conociera… Me pareció amable… ¿Por qué?… Todos preguntan por qué… Le recité a O’Shaughnessy: I am tired of tears and laughter, of men who laugh and weep, of what may come hereafter for those who sow to reap… I am tired of days and hours, blown buds of barren flowers, desires and dreams and powers, and everything but sleep… Y dijo que sería mejor leer a Browning y ofreció traerme mañana una antología… Hablamos de cómo se le daría publicidad a un hospital como éste… Ofrecí ayudar más adelante, cuando me sienta mejor, si decido seguir viviendo… Debes vivir por tu marido y por tus hijos… No, sólo vivo por mí misma… Egoísta, me dijo… Tanta banalidad… Cuántas veces en mi vida he tenido este tipo de conversación banal… Mi mamá surge en todas mis conversaciones… En casi todas… Por favor mami, drop dead… Please, drop dead…Otra conversación solemne con otra enfermera gringa, bonita, de ojos verdes… Ya me fastidian las conversaciones solemnes… Hasta el gorro… Lechuga da gimnasia después de la clase de francés… Tengo que demostrarles todo lo fuerte y flexible que soy… A mi edad… Me cansé demasiado… Zanahoria me pregunta si quiero ir a mi cuarto o al Palenque… Prefiero bañarme… Hace días que no me baño… Excepto por los baños de esponjas que me dieron las enfermeras… No he tenido ganas de meterme bajo la regadera… Ahora pienso que debo lavarme el pelo, para por lo menos morirme con el pelo limpio… Pero no tengo ganas… Me vi el cuerpo en el espejo todo lleno de horribles marcas de agujas y moretones… Los hombros lastimados… ¿Agujas?… Los brazos amoratados… Las muñecas doloridas… La espalda llena de no sé qué salpullido… Marcas y cortadas en el cuello y en el pecho por agujas y sondas… En los muslos… Por todos lados… Me horrorizó verme así… En la regadera, con el agua caliente cayéndome en la espalda, me unté shampoo y comencé a llorar… Me bañé en mi propio llanto… Me pareció de pronto tan estúpido volverme a lavar el pelo y el cuerpo… Estaba llorando y quería estar muerta y me enfureció y angustió estar viva, teniendo que hacer de nuevo todas esas estupideces que había jurado ya no hacer nunca más… Langosta y una enfermera se metieron al baño a calmarme… Tenía espasmos de llanto… Me sacaron de la regadera y cerraron las llaves… Pero me sentí muy enojada, estaba furiosa, iracunda, violentamente furiosa y cuando lograron calmarme me sentí deprimida… Más tarde, o antes, sí, fue por la mañana, cuando estaba con Chocolate y Zanahoria y bajamos juntos al Palenque… Ahí conocimos a la mamá y la hermana de otra chica que ingresó hoy… Ah, sí… Resulta que su tía abuela era amiga íntima de mi tía Nopalitos, en Querétaro… Hace siglos que murió mi tía Nopalitos… La tía abuela le platicó a esta señora que les tomaba cincuenta y cinco días venir al Valle de México en diligencia… Me fui a acostar… Finalmente no hice bicicleta fija… Estoy cansada… ¿Qué estoy haciendo aquí costándole dinero y tiempo a la gente?… No vale la pena, de veras, no vale la pena… Para nada… Es una tontería… Si estuviera muerta, no habría tanto desperdicio de atención, de tiempo y dinero… Además ¿qué hay en el futuro?… Sea lo que sea no lo quiero… Que se quite… No me importa… Estoy cansada… Estoy muy cansada…

      Yo le pregunté cuántos psicólogos se necesitan para cambiar un foco fundido. No supo qué contestar. “Sólo uno —le dije—, pero el foco fundido tiene que querer cambiar”…

      Yo leí que hay besos salvajes, hambrientos, y besos divertidos. Y que hay besos emocionantes y suaves como una pluma de cacatúa. Y también que el acto sexual es la intimidad en grado extremo. Como dos protozoos que se engullen jugamos a devorarnos, a digerirnos, a amamantarnos, a beber los fluidos del otro, a meternos bajo la piel del otro. Al besarnos compartimos el aliento, abrimos para el amante la fortaleza sellada de nuestro cuerpo. Nos cobijamos bajo una cálida lluvia de besos. Bebemos el pozo de la boca del otro, abismados el uno en el otro (Morris 314).

      Yo creo que los “escáners” revelan que no hay diferencia entre experimentar un hecho o imaginarlo. Entran en acción las mismas partes del cerebro.

      Yo no puedo entender cómo la gente logra enamorarse tan rápido. Menos aún que esto comprendo cómo se puede hablar de “amor a primera vista” y cosas por el estilo. A mí me resulta tan, pero tan increíblemente difícil ya no digamos enamorarme, sino permanecer al lado de una misma persona unas cuantas horas… Ayer por ejemplo pasó Alguno por mí para ir al colegio; luego lo esperé a que saliera de una junta, y de ahí nos fuimos a comer a La Pérgola de Insurgentes Sur. Hasta entonces todo iba bien, yo estaba contenta de ir a su lado, de estar con él. Pero de pronto ocurren cosas en mi interior que no me explico, cosas como ésta: cuando acabamos de comer fuimos a Liverpool de Insurgentes a comprar algunos regalos para las ayudantes y secretarias de Alguno, sus satélites. Pesadilla y Cruda Matutina son sus ayudantes y ambas son amigas de Semana Santa, que es amigo mío. Bueno, pues Semana Santa me contó que Pesadilla era la amante de Alguno, y que según palabras del propio Alguno era “su desahogo sexual”. Y que Cruda Matutina era su novia o algo por el estilo, que quería llevársela a vivir con él, ay. Yo tenía todo este cuchicheo en la cabeza sin que Alguno lo supiera, por supuesto, y al elegir los regalos me preguntaba que sentiría Alguno por ellas. ¿Sería verdad todo lo que Semana Santa me había dicho? ¿Alguno deseaba de tal manera a Pesadilla? Y al mismo tiempo me repetía que no valía la pena preocuparme por esas tonterías, que era portarme como si tuviera dieciséis años. Pero no me atreví a pensar que ello no podía ser porque Alguno me quería a mí.No, definitivamente no puedo creerlo, no estoy segura de que Alguno me quiera. Él me lo repite y ya hemos hablado mucho de eso.Él dice que lo que sucede es que yo no quiero asumir el rol de pareja, que no quiero aceptar que él me quiera, y todo esto por miedo e inseguridad. Sí, sé que así puede ser, pero no estoy segura, no estoy segura de nada. Bueno, entonces me gustó un borreguito de lana bellísimo que tenía un zíper para cerrar una bolsita adonde guardar la piyama. Alguno inmediatamente lo quiso y yo pensé —me apena confesarlo, pero intento llegar al fondo de mí misma— que se lo daría a Pesadilla, para que Pesadilla pensara en él cada noche.Inmediatamente después de formular este pensamiento, me arrepentí de tenerlo. No era posible, me estaba atormentando, estaba absolutamente celosa. ¡Yo celosa! ¿Cómo era posible? Celosa como cualquier engendro de mujer Posesiva Aniquiladora Castrante…

      Yo creo que la gente busca amor como si se tratara


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