Los miedos de Ethan. Darlis Stefany
hermosa mami —asegura Jeremy saludándola.
—Oh, mi bebé rubio —dice April tomando a Jeff de los brazos de Jeremy. A este punto, Jeff parece ser el bebé rubio de todos. Aun así, el bebé se mantiene durmiendo—; crece tan rápido.
Se hace a un lado dejándonos entrar, la música infantil resuena por la casa al igual que los gritos infantiles. Solo April podría hacer una fiesta de cumpleaños un día martes y aun así conseguir que los invitados vengan o, al menos, la mayoría.
—¿Dónde dejo los regalos? —pregunto. Ella señala una gran caja magníficamente decorada. Dejo los regalos y vuelvo—. ¿Dónde están los cumpleañeros?
—Síganme.
Vamos al pequeño jardín y hay al menos doce niños, entre ellos Dan, Halle y parece que Harry y Kae han traído a Adam, es decir, su sobrino. Al primero que encuentro es a Nathan sentado en las piernas de July, la abuela de April.
Él me extiende su pequeña mano y ríe cuando se la beso. Su cabello castaño claro está peinado de una manera divertida hacia arriba y sus ojos claros me miran risueños mientras llama a April «mamá», es precioso.
—Feliz cumpleaños, pequeño Nathan.
—Aún están flojos y no quieren caminar —me comenta April—. Abuela, ella es mi amiga Grace.
Ya conozco a la abuela de April, de hecho, parece que la conozco cada vez que la veo puesto que sufre de Alzheimer, su enfermera está sentada a su lado. Le sonrío de manera cálida, tiene que ser confuso perderte en los recuerdos difusos de tu propia mente. Ser prisionero de ella.
—Un placer conocerla, señora July.
—Lo mismo digo, ¿April, de quién es este hermoso niño?
April suspira y le entrega Jeff a Hilary que ya nos ha alcanzado, luego toma a Nathan.
—Él es Nathan, abuela, tu hermoso bisnieto —le responde con dulzura.
—Oh, cierto. Nathan. Qué precioso.
Saludo a los pocos que conozco. Soy feliz cuando Andrew y Harry me saludan. Dan me abraza y Halle lo imita abrazándome también. Con mi mirada busco a la cumpleañera y la localizo el castillo inflable con el tío Ethan.
Camino hasta ellos. Ethan está riendo al igual que Zoey.
—¿De nuevo? —pregunta y en respuesta ella grita.
Él la sube de nuevo al tobogán inflable y la ayuda a resbalar. Ella grita, yo río y Ethan nota mi presencia.
—Vine a felicitar a la pequeña cumpleañera.
—Otra felicitación para Zoey —dice cargándola.
Zoey no es tan maravillosamente sociable como Nathan, cada vez que la veo es como ganármela de nuevo. Ella se aferra al cuello de Ethan, pero me sonríe mostrándome sus pequeños dientes. Beso su mejilla.
—Feliz primer año, Zoey.
—Pensé que no vendrías.
—Eso suena a como que esperabas que no vinieras. —Me cruzo de brazos.
—No sonó bien. —Sacude su cabeza—. Ignora lo que dije.
—Sí, mejor lo ignoro.
Un incómodo silencio se forma. No sé si son ideas mías, pero Ethan parece que siempre se corta ante mi presencia, lo incomodo. No me siento bien sabiendo que causo esa reacción en él, no es como si pretendo violarlo o que me prometa amor eterno. Solo quiero llevarme bien con él como lo hago con el resto.
Pero para él soy como la peste, apenas me acerco parece que quiere huir. Claro que tiene sus momentos agradables como nuestra portada para el libro, pero son esporádicos. Siempre tiene esta tensión a mi alrededor.
El silencio incómodo podría enloquecerme. Ruedo mis ojos.
—Volveré con el resto.
—Sí, mejor. Zoey y yo nos quedamos aquí.
Me giro y camino de regreso. Creo que Ethan realmente detesta estar a mí alrededor. Trato de no decepcionarme. ¿A quién engaño? Por supuesto que me decepciona que uno de mis ídolos deteste mi presencia.
—Bah, si él no fuera tan caliente y tan buen músico no me molestaría tanto —murmuro caminando hacia los hijos y sobrino de Kae.
Los niños siempre estarán dispuestos a jugar conmigo.
Estoy cubierta de tierra y con grama por todas partes. Dejo de reír mientras me mantengo acostada sobre el pasto.
—¿Necesitas ayuda? —pregunta lo que sin duda reconozco como la voz de Andrew. Dejo de reír tratando de recuperar la respiración.
—Estoy bien, únicamente necesito recuperar la energía. ¿A dónde fueron los niños?
—Fueron a algún juego que está haciendo una recreadora infantil. Tú estabas robando su trabajo.
Río de nuevo y él se sienta a mi lado. Respiro hondo. Estoy hecha un desastre, es bueno no haberme maquillado.
—Eres buena con los niños. Parece que te gustan y tú les gustas a ellos.
—Porque soy encantadora.
—Mucho tiempo con Kaethennis. ¿Verdad?
—Atrapada. —Me incorporo sentándome. Él ríe y trato de limpiar todo el desastre que soy—; los niños siempre me sacan sonrisas.
Andrew mira a algún punto y luego ríe saludando con la mano, sigo su mirada y es Ethan. Alejo la mirada rápidamente.
—Creo que Ethan no es feliz de que viniera.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Ethan me trata como a un virus mortal. Huye.
—Uhm… ¿Por qué será eso?
—¿Por qué siento que estás usando un tono burlón? —cuestiono.
—No sé qué va a ser de mí con tantos amigos ciegos. Todos ustedes son ciegos y atrasados para notar las cosas. En serio, es frustrante ser amigo de todos ustedes siendo tan idiotas y ciegos.
—¿Soy tu amiga?
Él ríe y peina mi cabello quitando pequeñas gramas de él. Sonrío.
—Claro, eres mi amiga Fiver Grace.
—Tú eres en ese caso mi amigo ídolo Andrew. ¿Eh?
—Parece justo. —Parece complacido de haber arreglado mi cabello—. Y solo para que lo sepas, no creo que Ethan huya lo suficientemente rápido.
—¿Lo cual quiere decir…?
—Yo realmente pensé que ustedes serían más rápidos que los demás. Pero supongo que solo me toca observar de nuevo como todo avanza con lentitud. —Suspira pareciendo resignado. Me encojo de hombros.
—Oye, Dexter no vino.
—Dexter está en Estados Unidos acompañando a Juliet en una campaña publicitaria de la que ella está a cargo. Pero no le digas a nadie, no quiere que se arme un alboroto y arruinen el trabajo de Juliet.
—Secreto guardado.
Me concentro en ver a los niños jugando. Una niña quiere jugar con Adam, pero Halle toma la mano de Adam y la de Dan llevándolos lejos. Halle es un poco posesiva quizás.
—Oh, mierda. Esto se va a volver un poco intenso —susurra Andrew antes de ponerse de pie.
Lo veo irse hacia Ethan que parece abraza a lo que mi mente de Fiver reconoce como su abuela Victoria y recibe un beso en la mejilla de lo que parece su madre. La señora Jones, Cecilia Jones. Él luce tenso y no tan feliz como cuando jugaba con Zoey, al menos no cuando está bajo la atención de su madre.