El deseo prohibido de Doug. Darlis Stefany
Subo rápidamente las escaleras y prácticamente corro a mi habitación, en donde cierro la puerta y me arrojo a la cama.
Toda esa frustración y decepción se convierten en molestas lágrimas, quiero realmente golpearlo, quiero que BG.5 escriba cosas malas sobre Josh solo para hacerlo infeliz ante el hecho de que su banda favorita lo humille, eso debe dar una idea de lo molesta que estoy.
El hecho de que pusiera seguro a la puerta hace que pronto tenga a Dexter tocando y pidiendo que abra.
—Quiero estar sola, Dexter.
—Hil, habla conmigo…
—¡No quiero hablar! Solo quiero estar sola en mi cuarto con las paredes que sí parecen darme toda su atención.
—Hilary…
—No estoy molesta contigo —le digo para que se vaya y porque es cierto—, estoy molesta con él, quiero estar sola un momento, por favor.
El silencio se instala durante largos segundos o quizás se traten de minutos, pero luego él hace unos sonidos en la puerta que me hacen sonreír un poco, porque son los golpes en clave que solía hacer cuando estaba pequeña.
—De acuerdo, te dejaré sola, pero estoy abajo por si me necesitas. ¿De acuerdo?
—Está bien.
Me acuesto en mi cama y me dedico a mirar el techo, quizás sí estoy siendo un tanto exagerada, pero no creo que pueda culpárseme; el hecho de querer ser el centro del mundo de alguien de manera amorosa.
Mierda, tengo 20 años cumplidos hace poco y aunque he sido besada y he besado solo pueden contárseme quizás dos novios y ninguno de ellos serios, es como si mi evolución en el ámbito amoroso se haya atascado en algún punto que no puedo encontrar.
No es el hecho de no atraer chicos, porque no negaré que de esos hay, pero no son los chicos correctos y cuando creo que son los correctos, resulta que estoy equivocada.
Paso largos minutos mirando mi techo hasta decidir que no debo darle importancia y que debo hacer lo que he estado haciendo durante mucho tiempo: esperar, esperar a un chico que sea idiota dentro del rango.
Me pongo de pie y voy hacia la puerta, noto un pedazo de hoja bajo la ranura, me agacho, la tomo y procedo a leerla.
No puedo evitar reír.
«Si me lo permites decir, él era un idiota y nada atractivo.
Pdta.: tu trasero se ve realmente genial hoy con ese short ajustado.
Pdta. de pdta.: apuesto que te has sonrojado.
Pdta. de pdta. de pdta.: Por supuesto que soy Doug».
Efectivamente estoy sonrojada, sonriendo y pronto me descubro frente a un espejo en mi baño evaluando cómo se ve mi trasero con ese short.
Es el efecto McQueen del que sufro desde hace mucho tiempo.
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24 de septiembre, 2012.
—Entonces, ¿cuándo mi hermosa hija aprenderá a conducir? —pregunta papá a unas cuantas calles de llegar a la universidad.
—Prometo que lo voy a intentar pronto.
—Te creeré —dice riendo—, ya sabes lo que pienso de los miedos.
—Que deben enfrentarse y vencerlo o, al menos, ser igual de fuerte que ellos; lo sé, papá, es muy Jefferson.
—Los Jefferson tenemos grandes frases —dice antes de guiñarme un ojo.
—Ya lo creo, ¿irás directo al trabajo?
—Pasaré a visitar a mis nietos rápidamente, luego tengo una reunión importante. ¿Cómo harás para irte con todo eso?
Con todo eso, se refiere a una maqueta hecha de plastilina que me mantuvo ocupada por toda una noche, razón por la que tengo unas ojeras que resultan, incluso, vergonzosas.
—Dexter dijo que podía pasar por mí o que si no podía enviaría a Andrew.
Papá asiente antes de detenerse frente a la universidad, se vuelve y me da una gran sonrisa antes de verme bajar con mi maqueta y mi bolso.
—Nos vemos luego, cariño —chasquea la lengua y ríe señalando mi cabello—, por cierto, creo que debes pasar tus dedos por tu cabello, estás algo despeinada.
—Vale, vale, te amo —digo, cerrando la puerta y sosteniendo la maqueta.
Me doy la vuelta dispuesta a caminar, pero me topo inmediatamente contra alguien razón por la que casi mi maqueta cae.
—¡Frank! —grito, tomando con fuerza mi maqueta, lo escucho reír mientras quita la maqueta de mis manos—. ¡Casi haces que se caiga!
—Vale, lo siento —se disculpa, dándome una de sus sonrisas que lo hacen lucir atractivo.
Repentinamente recuerdo que papá dijo algo acerca de mi cabello y con rapidez paso mis dedos por él, escucho a Frank reír una vez más.
Frank puede considerarse uno de los primeros amigos que hice en mi primer semestre, en un principio era un tanto intimidante por el hecho de que es atractivo y bastante inteligente, pero pareció persistente a hacerme hablar y nada sorprendido cuando supo que era hermana de Dexter y Harry, él solo dijo «eso es genial» y siguió nuestra conversación, incluso puedo darle el crédito de actuar normal cuando los conoció.
—Es una buena maqueta —musita, captando mi atención.
—Gracias, me tomó mucho tiempo, debía ser una máscara tribal.
—No me des explicaciones, Hilary, ya sabes que te quedó fabuloso —me da una sonrisa mientras caminamos—, por cierto, quiero mostrarte un cortometraje que debo entregar en dos días. ¿Tienes alguna hora libre?
—Tengo una hora con quince minutos libres dentro de tres horas. ¿Te sirve?
—Me va perfecto.
Frank no es un chico atractivo del modo en que los modelos o chicos despampanantes pueden serlo, es decir, no es como un miembro de BG.5; pero creo que su inteligencia, el hecho de ser alto y poseer una musculatura regular le da atractivo. Además, posee unos ojos oscuros intimidantes y una cabellera castaña oscura que hace juego, algunas chicas lo encuentran atractivo, y desde luego no es nada feo.
Es atractivo dentro del rango de lo normal.
—¿El sol sigue sin besarte Frank? —bromeo mientras nos guiamos hacia mi facultad y escuela.
—Esa broma sigue sin ser divertida, no es mi culpa ser pálido.
Caminamos en silencio mientras una vez más cepillo con mis dedos mi cabello oscuro, me doy cuenta de que Frank está observándome de reojo, mientras caminamos, y por un momento me hace ser consciente de que es un hombre que resulta atractivo para muchas mujeres, incluyéndome.
—Escuché que dejaste de salir con Josh.
—Esto está peor que la prensa rosa cuando habla de mis hermanos —digo torciendo mis ojos—, seguro fue Seana. Sí, ya no estamos saliendo, no iba a dar resultados.
—Entonces, ¿puedes salir ahora con otros chicos?
—Josh no era mi novio, Frank, solo salíamos, claro que puedo salir con chicos, o bueno, hombres.
—Oh, claro, la señorita quiere un hombre.
No puedo evitar reír mientras llegamos hasta mi salón, me doy la vuelta y estiro mis brazos para que me entregue mi maqueta, con cuidado la deposita sobre mis manos, luego me da una sonrisa que le he visto dar a otras chicas pero no a mí.
—Entonces, ¿qué harás este sábado?
Estoy sorprendida por la pregunta, pero reacciono rápidamente.
—Saldré.
—Bien, no