El deseo prohibido de Doug. Darlis Stefany
mi camisa gris?
—Hilary, tienes muchas camisas grises, se más específica, cariño —pide, respiro hondo.
—La camisa gris que tiene lazos pequeños color negro, esa que papá dice que soy un regalo —digo y justo papá sale de la cocina con una taza de té en sus manos, ni idea de cuando llegó—. ¿Tú la has visto, papá?
—Sigo sin saber de qué camisa me hablas Hil —dice mamá encogiéndose de hombros y volviendo a la cocina.
—Creo que esa es la camisa que regalé a una fundación por caridad —dice papá bebiendo de su té y yo simplemente abro mis ojos con alarma, amo esa camisa. Él sonríe —solo bromeo hija, no sé dónde está la camisa, pero creo que la última vez que la usaste te quedaste en casa de tu hermano, quizás se encuentre ahí.
—¡Cierto! Me la dejé en el apartamento de Dexter —resoplo, volviendo a la habitación, estoy generando un poco de retraso.
Cuando vuelvo a la habitación Katherine me arroja una camisa azul cielo a la cara, la atrapo y enarco mis cejas.
—Esa te quedará perfecta.
—¿No es un poco descotada para un concierto? —pregunto aunque la camisa ciertamente me agrada.
—Me parece que es caliente y adecuada para un concierto al que también irá Doug.
—No comiences de nuevo con tus ideas locas, ya sabes que estoy muy bien ignorando que me gusta Doug.
Quito la toalla de mi pecho y me coloco la camisa azul cielo, al frente todo está bien, escote cerrado en u y la camisa es holgada de mangas cortas, pero cuando me doy la vuelta para observar mi espalda, ahí es donde está el escote, principalmente porque no hay tela, solo cuatro pequeñas tiras que sostienen la camisa. Es encantadora y me gusta.
Tomo unas zapatillas cómodas para cubrir mis pies y peino mi cabello un poco ondulado con mis dedos.
—Cuando usas azul, tus ojos parecen más azules que verdes —señala Katherine—, tus ojos muy bien le hacen la competencia a los de Harry, aunque los ojos de Dexter también soy increíbles. ¡Oh, y los de Doug!, espera también están los ojos almendrados y mieles de Andrew y no olvidemos a Ethan que…
—Lo entiendo Katherine, todos tenemos grandiosos ojos —la corto aplicando un poco de brillo a mis labios, solo para que no luzcan resecos—. ¿Quieres algo de comer?
—¿Nos da tiempo?
—Por supuesto, son las seis, el concierto es a las ocho y media y debemos encontrarnos con Doug allá, a las siete y media, vamos bien.
—De acuerdo, estoy tan nerviosa.
—Tranquila, estoy muy segura que todo saldrá bien.
Espero y Doug no haya hecho mucho desastre ayer en el cumpleaños de Ethan, porque lo necesito sin resaca y muy listo para este concierto.
• • •
—¿Lo ves por alguna parte? —le pregunto a Katherine llevando el celular una vez más a mi oreja.
—Para nada, ¿él dijo a esta hora, verdad?
—Claro que lo dijo —espeto escuchando el sonido de repiques—, vuelve a ver entre todas esas personas. Esperemos y no haya hecho mucho desmadre en el cumpleaños de Ethan ayer
Esperemos y venga, pienso.
Una vez más el teléfono de Doug me envía a buzón y estoy tentada a maldecir, después de todo lo hago muy pocas veces, pero trato de controlarme mientras lo intento una vez más.
El lugar se encuentra repleto de fanáticos, tanto mujeres como hombres, que van de diversas edades, hay muchas personas aún sin entrar, pero es lo esperado, después de todo, todos los boletos estuvieron agotados.
Cuando pienso que ese imbécil no va a responder, su voz masculina y baja me sorprende con un «hola, princesa Jefferson».
—Nada de hola… ¿Dónde se supone que estás, Doug?
—Tuve ciertos inconvenientes para estacionar el auto —dice riendo—, pero ya estoy cerca.
—¿Qué tan cerca?
—Tan cerca como para confirmar que tú estás vestida increíblemente sexy —dice y doy un respingo cuando un dedo acaricia mi espalda desnuda—, mierda Hilary, este atuendo podría ocasionar un accidente de tránsito.
Me doy la vuelta inmediatamente, haciendo que el contacto de su dedo con mi piel desnuda desaparezca, pero aún se siente un cosquilleo en mi piel. Me da una gran sonrisa mientras incluso me escanea con su mirada.
—Hola, princesa.
—Veinte minutos de retraso —es lo que digo cruzando mis brazos bajo mi pecho, inmediatamente los ojos de Doug van al lugar.
—Ya te he dicho que si te cruzas de brazos mi mirada inmediatamente irá ahí porque es una excelente vista —se inclina y besa mi mejilla, antes de darse la vuelta para saludar a Katherine—, hola a una de mis fivers favorita, aunque siento que estas traicionando a BG.5 por un momento con esa camisa.
—Tengo muchas de BG.5. —Le indica Katherine con una de esas sonrisas tímidas que tiene para los miembros de BG.5. Doug ríe y besa su mejilla.
—Estás helada Katherine… ¿Trajiste abrigo? —pregunta Doug dispuesto a quitarse el suéter color negro de capucha que está usando, lo detengo colocando mi mano en su brazo.
—Ella no tiene frío, solo está nerviosa, así que se cortés —le advierto a lo que él le guiña un ojo a Katherine.
—Entremos.
Y para hacer acción de sus palabras, una de sus manos se posa en la parte baja y desnuda de mi espalda guiándome, por supuesto que los vellos de mi piel se erizan y creo que lo nota porque tiene una sonrisa arrogante en su rostro. Así que camino derecha y buscando tranquilidad.
Cuando pasamos directamente por la puerta principal por donde están entrando muchos fanáticos, muchas personas gritan el nombre de Doug seguido de gritos, declaraciones de amor y alguna que otra propuesta sexual que hace que él les guiñe un ojo y les lance besos, eso en el caso de las mujeres, a los hombres les dedica un cordial asentimiento de cabeza.
A diferencia de algunas bandas que puedan sentirse retenidos o crecidos por la fama, creo que ellos la han sabido manejar y, además, parece no molestarle la poca privacidad que pueden tener a veces, puesto que saben que de alguna manera ese es el precio de hacer lo que más aman: música.
—Agárrate de mí suéter, cariño —le dice Doug a Katherine, quien sin pensarlo dos veces yendo detrás de Doug se agarra de parte de su suéter, si ella quiere desmayarse solo por agarrar su suéter tal vez debería intentar ir con la mano de Doug presionándose en la parte baja de su espalda, incluso alguien debería darme un reconocimiento por estar actuando como una persona civilizada aun cuando su mano está sobre mí.
En algún momento llegamos a nuestro lugar. Ciertamente pensé que haría que nos dieran los puestos centrales o los de palco que suelen considerarse los mejores para no ser agobiados durante el concierto con fotos, pero él realmente parece estar de acuerdo en que Ashton debe ver a Katherine, porque ni siquiera estamos teniendo puestos de primera fila, estamos en ese espacio que divide al escenario de las filas, ese espacio que en los conciertos toda fan quiere traspasar para llegar al escenario.
—No puedo creer que consiguieras estar en este lugar —digo realmente asombrada. Doug finge modestia.
—¿Qué opinas tu Katherine?
—Opino que puedes desplazar a Dethan1 y ser mi BG.5.
Doug realmente ríe mientras le extiende un colgante con un carnet a Katherine, el pase para los bastidores, luego me ve y coloca el mío, sin perder la sonrisa.
Hay una teoría que explica que quizás realmente Doug disfruta