El deseo prohibido de Doug. Darlis Stefany
ríe, sacude su cabeza y libera mis manos asintiendo hacia el edificio. Le doy otra sonrisa antes de entrar al edificio.
Oficialmente nuestras horas en la que nada importaba han terminado, no han pasado ni dos minutos y ya las estoy extrañando.
¿Puedo siquiera yo fingir que la noche, madrugada y mañana no han sucedido?
Creo que todos conocemos la respuesta, un gran y absoluto no.
Capítulo XIII
26 de octubre, 2012.
—Leí tu libro y es grandioso —aseguro a Kae a través del teléfono mientras Katherine se coloca una chaqueta exactamente igual que la mía, de hecho, la compramos con esa intención.
—¿De verdad?
—¡Realmente! Creo que me he enamorado de Graham —digo entusiasmada—, él era tan dulce…
—Sí, creo que tengo un flechazo por mi propio personaje literario, pero no le digas a tu hermano.
—No le diré —río—, pero realmente es un gran libro, debes publicarlo cuando tengas la editorial y Grace hizo una portada increíble, me encantó.
—Dile que a mí me falta poco por terminarlo —pide Katherine atando los cordones de sus zapatos.
—No me lo digas, ya escuché —asegura mi cuñada riendo—, entonces las espero aquí para que tomes lo que tu hermano necesita para el ensayo, debo colgar. ¿Escuchas a Halle llorando?
—Sí… Es tan dulce.
—Sí, bueno, está cabreada, acaba de despertar, las espero.
Finalizo la llamada y le extiendo el celular a Katherine mientras hago una mueca ante los calambres a mi vientre.
—¿Por qué las mujeres pasamos por esto? —pregunto a la nada con una mano en mi vientre—. Estoy esperando con ansias pasar la menopausia.
—Bueno, te quedan como más de treinta años para eso, mientras, puedes sobrevivir y lidiar con la menstruación —sugiere Katherine cepillando su cabello.
—No quiero más menstruación —digo en una mueca—, quiero acostarme, comer helado y fingir que no estoy desangrándome.
—Pero dijimos que hoy sería un día para pasarla bien, así que vamos —me empuja hacia la salida agarrando mi bolso junto al de ella—, no puedo creer que voy a subirme a un auto que tu conducirás.
—Tengo licencia.
—Sí, pero tus hermanos se han encargado de crearte una fama con tu lentitud para conducir.
Ruedo mis ojos mientras ignoro mis calambres. Esos días en los que verdaderamente todas odiamos ser mujer.
• • •
Katherine sostiene a Halle contra su pecho mientras besa su cabellera naranja y rojiza. Halle por su parte solo observa hacia la pared, ajena a la manera en la que nos derretimos con únicamente observarla, mi sobrino aún está en el kínder, por lo que Kaethennis está frente a su laptop en sus trámites para la editorial.
—¿Solo son estos platillos los que debo llevar a Harry?
—Sí, Hilary, él los dejó y creo que los necesita puesto que los del estudio de grabación no sirven, se dañaron o algo así —me responde ella—. Katherine luego ponla en el coche, no quiero acostumbrarla a estar de brazo en brazo.
—Déjame apretujarla un poco más —pide Katherine en voz de niñita haciendo rodar los ojos a Kaethennis.
—¿Qué tal les está yendo viviendo juntas?
—Estupendo, ya han traído la cama de Hil, por lo que ya no aguanto que ronque.
—Yo no ronco —aseguro porque sé que Katherine bromea.
—Entonces, Katherine Lannese, ¿vas a contarme como va todo el asunto con Ashton? —pregunta Kae cerrando la laptop.
Sonrío mientras veo a Katherine asentir con la cabeza, tomo a Halle de sus brazos notando que huele un poco mal. Alguien necesita un cambio de pañal.
—Mientras ella te cuenta, voy a cambiar el pañal de Halle —aviso.
—Eres un sol, ella puede ser muy tierna y hermosa, pero hace de una manera tan olorosa —bromea Kaethennis, Halle se queja un poco, parece que no le gusta tener un pañal sucio.
• • •
—Eres un cielo —asegura Harry besando mi frente y tomando los platillos, luego le da un abrazo a Katherine—. ¿Cómo están?
—Bastante bien —responde Katherine con una gran sonrisa, debería ya estar acostumbrada de estar rodeada de Harry, pero no la juzgo, yo aún no me acostumbro de rodearme de Doug.
—¿En dónde están los demás? —pregunto, sentándome junto a Andrew en el sofá.
—Fueron por comida —responde Andrew luego ve a Katherine—. Oye Katherine te suena mejor «donde busques las palabras solo encontrarás oraciones sueltas tratando de estar unidas» o «una serie de palabras define oraciones que no pueden ser unidas por mucho que lo intente». ¿Cuál suena mejor?
Katherine parpadea muchas veces antes de sentarse en el lado libre de Andrew. Andrew no deja de verla esperando una respuesta.
—La segunda me gusta más —responde.
—Sí, a mí también, gracias linda —Andrew le besa la mejilla—, revisa si así está mejor Harry.
—¿Son para el álbum deluxe? —cuestiona Katherine entusiasmada.
—Sí, pequeña curiosa —dice Harry riendo mientras lee la hoja que Andrew le pasó—, puedo modificar algo… ¿Verdad?
—Puedes.
—Bien, aquí en lugar de entrar la guitarra eléctrica primero, suena mejor el teclado junto al bajo —comenta escribiendo.
—¡Llegamos con pollo! —grita la voz de Ethan, yo sonrío antes de ver aparecer a los tres miembros restantes de la banda.
—Ya decía yo, cuando vi el auto de Hilary aparcado lo primero que pensé fue «mierda, que mi hermana este bien y no haya arrollado a alguien».
—Qué idiota eres —le acuso, tentada a sacarle el dedo medio.
—¿Viniste conduciendo? —me pregunta Harry sorprendido, yo asiento con una gran sonrisa de «púdranse», él se gira hacia Katherine—. ¿Ella condujo?
—Lo hizo —le responde Katherine riendo.
—¿Arrolló a alguien? ¿La multaron? ¿Llegaron en cinco horas? —cuestiona Harry, yo hago una mueca de fastidio mientras finjo ver mis uñas.
—Uhm… Fue algo lenta, pero no estuvo mal —responde Katherine sonriéndome.
—Es porque ella es una gran acompañante y copiloto, no como ustedes que me desesperan.
Ethan y Doug ríen mientras dejan sobre la pequeña mesa un montón de comida que no identifico en la envoltura pero que ellos aseguran es pollo con ensalada.
—Yo también quiero —aseguro yendo hacia la mesa y viendo que es lo que Ethan desenvuelve—, tengo hambre.
—Oh, bueno… ¿Debemos alimentarte? —pregunta Doug viéndome.
Oh, bueno, dos días desde nuestras horas y siento como que ahora es incluso más intenso, no lo había visto hasta hoy y veo que quiero besarlo con fuerza. Pobre de mí, él me da una sonrisa divertida esperando mi respuesta.
—Sí, aliméntenme, es el deber de Harry, yo vine a traerle sus platillos.
—Estoy notando que la fiver y tú tienen la misma chaqueta —expresa Ethan viendo de mi a Katherine y riendo—, qué tontas y tiernas.