Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018). Carlos Medina Gallego

Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018) - Carlos Medina Gallego


Скачать книгу
entre marxismo y cristianismo.

      El crecimiento del ELN en los primeros meses de actividad, particularmente luego de la toma de Simacota y Papayal, fue generando la necesidad de producir desde el cuerpo inicial, constituido ya como frente guerrillero relativamente “sólido”, el desdoblamiento de un nuevo frente que operaría simultáneamente con el “José Antonio Galán”, en otra región del departamento de Santander. En agosto de 1965, antes de la vinculación de Camilo a la guerrilla, la dirección del ELN determinó la creación de ese nuevo frente en la zona noroeste aledaña al ferrocarril de Wilches. Fueron comisionados para llevar a cabo esta tarea Ricardo Lara Parada, Heriberto Espitia, Luis Rovira y Mario Hernández, todos integrantes de la “Brigada Proliberación”, creada en Cuba. Ricardo Lara fue designado como primer responsable, mientras Heriberto Espitia, de origen campesino y antiguo militante del Partido Comunista, el segundo al mando.

      El nuevo frente comienza a estructurarse en medio de una gran precariedad de armamento, recursos económicos y calidad política y militar de sus integrantes. Pese a esto, Lara logra sortear los problemas y coloca en disposición de combate el naciente grupo. El 3 de febrero de 1966, realizan la primera acción, en la población de San Rafael, emboscando un destacamento de la policía; dieron muerte a un agente y recogieron armamento.

      En condiciones similares a la anterior, a mediados de diciembre de 1965, una comisión dirigida por José Ayala, se había desprendido del frente madre, para hacer reconocimiento del terreno y mirar la posibilidad de desarrollarse, con el propósito de crear un nuevo frente. El 22 de enero de 1966, José Ayala prepara y lleva a cabo una emboscada en el sitio denominado Los Aljibes, en la que se produce la muerte de dos soldados.

      Con la muerte de Camilo en Patio Cemento, el grupo comandado por Ricardo Lara se constituye en el Frente “Camilo Torres Restrepo”; la comisión dirigida por José Ayala se conoce por entonces como “Guerrilla Libertad”. Estos dos grupos se unen en los meses de abril y mayo con el fin de intercambiar experiencias y buscar la ocasión de realizar una acción militar conjunta. Distintas circunstancias impidieron que este propósito se llevara a cabo y obligaron a los dos grupos a separarse de nuevo.

      En el mes de mayo de 1966, Fabio es trasladado a Bucaramanga, para que reciba allí asistencia médica a un mal intestinal que lo viene aquejando desde hace tres meses y lo tiene al borde de la postración total. Durante su permanencia en la ciudad, Víctor Medina Morón asume la conducción del frente “José Antonio Galán”, quien le imprime a la Organización una dinámica de desarrollo político y crecimiento cuantitativo, intensificando la labor de politización del campesinado y desarrollando la exploración de nuevas zonas de asentamiento. Al regreso de Fabio, en el mes de octubre, el frente ha aumentado su número de integrantes prácticamente en un ochenta por ciento.

      El 27 de julio de 1966, el frente “Camilo Torres Restrepo” planea y lleva acabo una emboscada en el corregimiento de Marta, en el municipio de Girón. La guerrilla procedió a dar muerte al inspector de policía del municipio y a emboscar la patrulla militar que se proponía hacer el levantamiento del cadáver, allí mueren en el enfrentamiento un oficial y cuatro soldados, y pierde la vida el guerrillero Florentino Calderón. La guerrilla recoge el armamento, la munición y da a conocer oficialmente la creación del frente “Camilo Torres Restrepo”.

      Un mes después, el 27 de agosto de 1966, este frente recibía su primer revés: en el municipio de Lebrija en el sitio denominado “Cerro de la Paz”, el frente en construcción cae en una emboscada preparada por el ejército. Allí pierden la vida los guerrilleros Luis Laguado, Pastor Abreo, Luis Enrique Sandoval y José Santos Jaime Pereira.

      En septiembre de 1966, Ricardo Lara viaja a Bucaramanga a entrevistarse con Fabio, con el fin de intercambiar opiniones, planificar y coordinar algunos trabajos a realizarse posteriormente. Durante su permanencia en la ciudad, Heriberto Espitia intentó asumir la jefatura del frente en forma definitiva, lo que lleva a la dirección a trasladarlo al frente “José Antonio Galán”, para que Lara asuma nuevamente el mando del “Camilo Torres”. Existe durante este tiempo una tendencia de los segundos responsables a desplazar la comandancia, cuando esta se encuentra ausente; esto daría origen, con el tiempo, a conflictos de tipo personal que se agudizarían en una crisis interna aún por sortearse.

      De este primer periodo, el golpe más duro recibido por la guerrilla lo constituye el aniquilamiento casi total del grupo de José Ayala. En su esfuerzo por aumentar el número de colaboradores para respaldar el nuevo frente guerrillero, la “Guerrilla Libertad”, había desarrollado un intenso trabajo de exploración y de reconocimiento de áreas de posible expansión y colonización armada. En la segunda semana del mes de octubre de 1966, el grupo de Ayala llegó a un sitio denominado Sangilito, en la jurisdicción del municipio de Simacota, en donde acamparon en la casa de un campesino que había sido contactado meses antes. La intención era permanecer allí mientras se obtenían provisiones y elementos indispensables de logística. Ayala designó para recoger los recursos faltantes al campesino que les ofreció la vivienda; este debía ir al pueblo y regresar en el término de 48 horas, pero el campesino se embriagó y delató la presencia de la guerrilla en la región. Detenido, fue obligado por el ejército a darle la información necesaria para ubicar el grupo y conducirlo hasta el lugar eludiendo la vigilancia. La indisciplina del grupo y la irresponsabilidad táctica del responsable colocó en la línea de fuego del ejército el proyecto del nuevo frente acabando una de las opciones, la de la “Guerrilla Libertad”.

      En la madrugada del 16 de octubre, el Ejército da de baja once miembros del ELN, quedando únicamente vivos de todo el grupo de José Ayala que logra eludir el cerco en forma inexplicable y el centinela que había sido superado por el destacamento militar. Mueren en Sangilito, Miguel Pimienta Cotes, Homero Enrique Sobrino, Abelino Amaya, Hernán Calderón, Gabriel Ayala Blanco, Viterbo Lamús Barbosa, Jesús Gordillo, Hernán Patiño Camargo, Antonio Rodríguez y Victoria Ardila, hija del campesino delator y de quien se dice que mantenía relaciones afectivas con José Ayala. Pimienta Cotes y Enrique Sobrino habían sido estudiantes de la Universidad Nacional y la Universidad Industrial de Santander respectivamente. Pimienta había ingresado a la guerrilla desde sus orígenes y era el segundo responsable del grupo, los demás eran campesinos de la región reclutados en los primeros meses de marcha. Jesús Gordillo era hermano del primer guerrillero sacrificado en Simacota, Pedro Gordillo. José Ayala se reintegró poco después al frente “José Antonio Galán”, según las declaraciones de Portocarrero, consignadas en los expedientes del consejo de guerra de Bogotá contra el ELN (1969). La dirección de la Organización guerrillera no evaluó el incidente de Sangilito y absolvió de toda responsabilidad a José Ayala.

      El “Frente Camilo Torres” regresa a la ofensiva militar el 27 de febrero de 1967, tomándose la población de Vijagual; después de dar de baja cuatro agentes de la Policía y tomar su armamento, Lara dio a conocer a los habitantes de Vijagual, un pueblo predominantemente conservador, los programas y propósitos de ELN. Lara evitó que se cometieran atropellos y abusos con la población civil y ordenó que lo que consumiera la guerrilla fuese cancelado.

      Dos semanas después, el 9 de marzo, el “Frente José Antonio Galán”, se convertía en el acontecimiento noticioso del momento, al tomar en el sitio Las Montoyas, jurisdicción de Cimitarra, un tren pagador del ferrocarril del Magdalena. En esa ocasión, la guerrilla detuvo el tren haciendo volar la carrilera, entró en confrontación con los miembros de las Fuerzas Armadas encargadas de protegerlo, dando de baja a un oficial de la Policía, cinco agentes y tres funcionarios públicos.

      Durante esta toma, registró la acción de la guerrilla el periodista mexicano Mario Renato Menéndez Rodríguez, quien se desempeñaba en esa época como director de la revista Sucesos. Este periodista había sido contactado por Fabio Vásquez, en el mes de noviembre de 1966, en Ciudad de México, donde le propuso una entrevista en Colombia con los jefes del ELN; Menéndez la consideró conveniente para la revista y acordó con Vásquez Castaño los detalles del viaje para finales de febrero de 1967.

      Renato Menéndez y Armando Salgado como fotógrafo permanecieron con la guerrilla del ELN del 27 de febrero al 26 de marzo. Durante ese periodo hicieron las entrevistas a la dirigencia y participaron como “reporteros de guerra”, en la toma del


Скачать книгу