Resistencia y entrenamiento. Mariano García-Verdugo Delmas
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Figura I.2. Estructura conceptual del libro.
Desde la perspectiva de este plano bioenergético se establecen las directrices para entrenar en resistencia el resto de capacidades, ya que todas son susceptibles de introducirse en el plano.
Para terminar, se establecen las directrices de programación desde la perspectiva de este modelo, que pueden ser aplicadas sea cual sea el tipo de programación elegida.
Figuras, tablas e ilustraciones
La esquematización y representación gráfica son esenciales para comprender los conceptos, por lo que se ha estimado oportuno reforzar la mayoría de los conceptos mediante ilustraciones, hasta el punto de que una parte importante de la metodología que se ha seguido para la confección de la obra ha sido establecida por este orden:
1. Plantear un concepto basado en la lógica y el sentido común.
2. Representarlo gráficamente.
3. Explicarlo a partir de la representación gráfica.
4. Buscar apoyos en la bibliografía que respalden o justifiquen este concepto.
5. Escribirlo definitivamente.
Para terminar
Antes de comenzar la lectura es preciso puntualizar que esta obra no se trata de un libro científico; se escribe desde el punto de vista de un entrenador con muchos años de experiencia y desde la perspectiva de las dificultades con las que se encuentra para poder utilizar parte de la información proveniente de la ciencia y de la investigación y que trata de ayudar a llevar a la práctica.
Estimado lector: como autor espero y deseo que al terminar esta lectura esta obra le haya servido de ayuda para clarificar algo más la idea del entrenamiento de resistencia y le permita dar un paso más en la estructuración de su propia metodología.
CAPÍTULO 1
El entrenamiento deportivo
El entrenamiento deportivo reúne una serie de características y mecanismos que el entrenador debe conocer. Viene determinado por un proceso sistemático con un componente científico creciente en el que no se puede excluir de momento una parte de “arte” y empirismo. Existen aún muchas circunstancias que se producen en el organismo que la ciencia no ha descifrado en su totalidad.
El entrenamiento depende de la adaptación, que, a su vez, viene determinada por las características de las cargas (estresores), que producen en el organismo una situación estresante que obliga a los sistemas a reaccionar para adaptarse a la nueva situación.
Para que el entrenamiento de resistencia cumpla sus objetivos hace falta un conocimiento por parte del entrenador que le permita ajustar las cargas idóneas en cada momento. El deportista mejorará sus prestaciones de manera paulatina y alcanzará su máximo rendimiento en aquellos momentos en los que coincidan las competiciones más importantes del calendario.
Todo el proceso necesita un control exhaustivo y riguroso que no interfiera en el transcurso del entrenamiento para evitar que se pierdan adaptaciones por el hecho de medirlas. Esto permitirá un seguimiento del estado de entrenamiento y la posibilidad de rectificar en momentos determinados en los que se observe que no se están cumpliendo los objetivos del propio entrenamiento.
El rendimiento deportivo como objetivo del entrenamiento
En general el entrenamiento deportivo tiene como objetivo prioritario lograr un aumento del rendimiento del deportista. Antes de adentrarse en el tema, es interesante emplear unas líneas en aclarar lo que se entiende con este concepto.
Al acometer la tarea de definir el concepto de “rendimiento deportivo” lo primero que se aprecia es que la palabra “rendimiento” tiene muchos significados, bien en la lengua cotidiana, bien en el lenguaje científico (Martin, Carl y Lehnertz, 2001). El rendimiento, según estos autores, es “el resultado de una actividad deportiva que, especialmente dentro del deporte de competición, cristaliza en una magnitud otorgada a dicha actividad motriz según reglas previamente establecidas”.
Según Grosser (1992), desde las ciencias que se ocupan del entrenamiento existen cuatro puntos de vista para definir el rendimiento deportivo:
El rendimiento deportivo supone la posibilidad de alcanzar el máximo potencial en las diferentes capacidades durante la competición. Para ello el deportista deberá desarrollarse mediante un proceso continuo, sistemático y científico que se conoce con el término de “entrenamiento”.
En la mayoría de los casos el rendimiento deportivo no implica la expresión aislada de una capacidad, sino la del individuo en toda su integridad y con todas sus capacidades (físicas, fisiológicas, psicológicas, etc.).
El ser humano sólo posee un complejo funcional de sistemas pese a que dispone de un amplio abanico de posibilidades de funcionamiento. Esto significa que, aunque en cualquier actividad se pretenda incidir en un aspecto determinado, dicha actividad repercute en mayor o menor grado en la totalidad. Con todo ello se comprende que, de momento, no se haya logrado determinar científicamente la totalidad de los mecanismos que exclusivamente son responsables de cualquier actividad motriz.
El rendimiento deportivo depende de una serie de factores o componentes que, de forma interrelacionada, hacen que el individuo alcance sus mejores resultados deportivos. En la figura 1.1 se resumen los que se consideran más interesantes.
Figura 1.1. Componentes y subcomponentes que determinan el rendimiento en las especialidades de resistencia.
El rendimiento puede mejorar de forma sustancial a través del proceso de entrenamiento. Un individuo con un rendimiento potencial determinado puede llegar a reclamar a su organismo cierto porcentaje de sus prestaciones potenciales y alcanzar una serie de niveles, según las exigencias de cada momento. Estas exigencias vienen determinadas por diferentes niveles:
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