La voz del corazón. Javier Revuelta Blanco

La voz del corazón - Javier Revuelta Blanco


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      El cambio de paradigma en el que nos encontramos es una puerta de entrada hacia la nueva realidad de la Tierra. A medida que lo comprendemos y lo interiorizamos, nos vamos armonizando con el planeta. Esto significa que ajustamos nuestro proceso de desarrollo personal a su dinámica interna, con lo cual las cosas son mucho más llevaderas y la vida resulta más divertida. El ciclo que está culminando la Tierra trasciende la dualidad y entra en un nuevo equilibrio entre dar y recibir. Para los seres humanos, esto implica dar un gran salto de conciencia. Abandonamos de forma progresiva el viejo paradigma basado en la dependencia, la dominación y el miedo y nos dejamos conducir por la energía amable y tierna del corazón.

      La variación que está experimentando la Tierra se refleja a nivel energético. Cuando un planeta modifica sus condiciones de energía, todo lo que hay en su superficie se ve afectado. ¿Cómo se explica este cambio? Por un lado, el campo electromagnético que rodea la Tierra se está debilitando y, por otro, la radiación que nos llega desde el espacio está aumentando de forma paulatina (entre los años 2015 y 2018 subió un dieciocho por ciento)56. Los responsables del incremento de la radiación son los rayos cósmicos. Estos mensajeros de las estrellas proceden de galaxias lejanas. Viajan a velocidades cercanas a la luz y, al entrar en la atmósfera, provocan reacciones nucleares que, a su vez, producen millones de partículas. En suma, crean auténticas lluvias de materia estelar. Algunos tienen una energía descomunal (hasta un millón de veces superior al del más sofisticado acelerador de partículas construido por el hombre). Entre otras cosas, participan en la creación de las auroras boreales y australes.

      Aumento de la radiación cósmica57

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      Los fragmentos estelares que están llegando a la Tierra interaccionan con los seres vivos. La física atómica, molecular y nuclear española Mª Victoria Fonseca afirma que tanto el espacio en el que nos movemos como nuestro cuerpo están «llenos de cosas invisibles». En concreto, nos llegan más de doscientas partículas con carga eléctrica por metro cuadrado y segundo58. Estas fracciones atómicas proceden del espacio interestelar y nos atraviesan de forma permanente. La cuestión es que, si la radiación aumenta, nuestra estructura atómica y molecular (el ADN) también podría verse alterada. Entonces se pueden iniciar procesos biológicos que hasta la fecha han permanecido inactivos. El cardiólogo israelita Eliyahu Stoupella ha observado que un aumento en la radiación cósmica afecta al ritmo del corazón y produce arritmias59. Por otra parte, el físico teórico norteamericano Michio Kaku opina que los rayos cósmicos modifican sutilmente el ADN de los seres vivos facilitando así su adaptación a las nuevas condiciones del entorno60. De igual forma que la luz solar activa la secreción de neurotransmisores y nos despierta por la mañana, el incremento de radiación cósmica podría estar «despertando» a un nuevo ser humano, es decir, activando potenciales que hasta el momento han permanecido dormidos.

      La energía que nos llega desde el espacio nos afecta a nivel biológico y puede producir cambios en nuestro ADN. En estos momentos la Tierra está recibiendo un aumento de radiación cósmica.

      He aquí una pregunta interesante: ¿los rayos cósmicos son emitidos por alguna forma de conciencia y responden a un propósito concreto? ¿Son parte de un plan cósmico que intenta favorecer el despertar de la nueva conciencia terrestre? A priori esta idea parece ser de ciencia ficción, pero la ciencia no deja de sorprendernos. A medida que evoluciona y desarrolla nuevos sistemas de medida, las fronteras entre la fantasía y la realidad parecen diluirse. En el año 2017 sucedió algo extraordinario. El observatorio de neutrinos Ice Cube, situado en los confines del Polo Sur, y una serie de observatorios astronómicos de distintas partes del mundo confirmaron la existencia de una fuente de rayos cósmicos. La situaron en el centro de una galaxia lejana llamada Blazar y comprobaron, para su sorpresa, que su eje de rotación apuntaba directamente hacia la Tierra61. ¡Menuda coincidencia!

      La galaxia Blazar y los rayos cósmicos62

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      La Tierra también está registrando cambios en su campo electromagnético. Este campo de energía se crea a una gran profundidad, en el corazón del planeta. Aquí las temperaturas son muy altas y hay grandes movimientos de metal líquido que generan corrientes eléctricas. Estos ríos de fuerza forman espirales que suben de forma paralela al eje de la Tierra, salen por el Polo Norte, rodean el planeta y entran por el Polo Sur. El resultado es un escudo con forma de toroide que nos protege contra los vientos solares y garantiza la continuidad de la vida. Cuando hay grandes erupciones en el Sol, el campo magnético se puede observar en las regiones polares. En estos casos, las partículas de alta energía chocan contra la atmósfera y crean las auroras boreales y australes.

      La intensidad de este campo fue medida por primera vez en 1835 por el físico alemán Carl Friedrich Gauss. Desde entonces los registros confirman que se ha ido debilitando. En la actualidad se sabe que la burbuja que nos protege de la radiación solar es un diez por ciento más frágil que hace ciento cincuenta años. Científicos de la NASA han detectado una vasta región sobre el Atlántico Sur en la que el campo magnético está decreciendo. La disminución es tan notable que está creando serios problemas en los sistemas de comunicación de los satélites que la atraviesan63. Por otro lado, los polos magnéticos (que representan el eje del campo) se están desplazando cada vez más rápido (unos sesenta kilómetros al año). En el 2040 se espera que el Polo Norte magnético de la Tierra se localice en Siberia (Rusia). Esta circunstancia está obligando a revisar los sistemas de navegación mundiales con una frecuencia inusual.

      El campo electromagnético de la Tierra64

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      La disminución del campo de energía que nos rodea y el desplazamiento de los polos magnéticos están señalando hacia lo que seguramente sea el acontecimiento más extraordinario jamás vivido en la historia de la humanidad: la inversión de la polaridad de la Tierra. Esto evidencia que las líneas de fuerza del campo, en lugar de salir por el Polo Norte y entrar por el Polo Sur, lo harán a la inversa. Históricamente el planeta ha cambiado la dirección de su campo de energía cada trescientos mil años aproximadamente. Sin embargo, la última vez que se invirtió fue hace setecientos ochenta mil. Todo parece indicar que el siguiente vuelco está por llegar y que va con mucho retraso. El científico estadounidense y experto en Ciencias de la Tierra Gary Glatzmaier ha descubierto que la creciente debilidad del campo de energía que rodea el planeta está relacionada con la inversión de los polos magnéticos65. En su opinión, no hay duda de que estamos a las puertas de un nuevo vuelco.

      Todo el mundo se pregunta lo mismo: ¿qué sucederá entonces? Los expertos auguran que en ese momento la Tierra tendrá varios polos que podrían ir cambiando de posición. Esto provocaría una gran inestabilidad, por lo que muchos animales que utilizan los campos magnéticos para orientarse (aves migratorias, salmones, abejas, mariposas, tortugas, ballenas…) podrían verse afectados. También se especula con la posibilidad de un colapso general en las estructuras eléctricas de todo el planeta y en los sistemas de navegación. Además algunas enfermedades como el cáncer de piel podrían aumentar. La parte amable es que las auroras boreales y australes se podrían ver en cualquier parte del globo. Lo cierto es que nadie sabe lo que pasará si los polos invierten su posición actual. A priori, un evento de este tipo no tiene por qué ser catastrófico, pero todo dependerá de nuestra capacidad creativa. ¿Habremos descubierto para entonces la forma de contrarrestar sus efectos negativos?

      El campo electromagnético que rodea la Tierra está sufriendo alteraciones muy considerables. Todo parece indicar que nos encontramos a las puertas de una inversión en su polaridad magnética.

      Dentro del campo magnético de la Tierra existe una cavidad situada entre la superficie terrestre y la ionosfera. Es un campo de energía que se manifiesta cuando hay descargas eléctricas


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