Cómo enseñar ajedrez. Ernst Bönsch
la muerte de Philidor, las enseñanzas de los maestros italianos adquirieron mayor auge y sus ideas fueron divulgadas por los teóricos ingleses Sarratt, Lewis, Walker y Staunton. Jacob Henry Sarratt publicó A treatise on the game of chess (1880), y A new treatise on the game of chess (1882). En sus libros ofrecía una visión de conjunto sobre el desarrollo alcanzado por el juego, deteniéndose en los análisis de Philidor, y también ofrecía algunos consejos para la conducción de la lucha en el final. William Lewis (1787-1870) fue un adelantado, y en sus libros A series of progressive lessons on the game of chess (1831) y A second serie of lessons... written expressly for the use of the higher class of players (1832), afrontaba el análisis de aperturas como el Gambito Escocés, el Gambito Evans y la Defensa Dos Caballos. El tercer gran teórico de este grupo, George Walker (1803-1879), uno de los jugadores ingleses más fuertes del siglo XIX, transmitió sus conocimientos en el libro de 380 páginas The art of chess play, en el que le dedicaba una importancia primordial a las aperturas, disponiendo las líneas de juego en forma de columna, con sustanciosa aportación sobre la Apertura Italiana, que adquirió gran popularidad gracias a él. Inició una nueva forma de publicación ajedrecística, con su columna en el semanario londinense Bells Life, que escribió regularmente entre 1834 y 1873. Su amigo William David Evans (1790-1872) también fue un impulsor de la Partida Italiana, introduciendo un interesante gambito de flanco (1 e4 e5 2 f3 c6 3 c4 c5 4 b4) que adoptaría su nombre. Howard Staunton (1810-1874) tuvo tanto éxito con sus resultados ante el tablero como con sus libros, The Chess Player’s Handbook (1847), The Chess Player’s Textbook (1849) y The Chess Player’s Companion (1849), en los que incluía buen número de partidas magistrales, junto con análisis de aperturas. Fue el creador del gambito que lleva su nombre, contra la Defensa Holandesa: 1 d4 f5 2 e4.
Los primeros escritos relativos al ajedrez que se producen en el continente americano proceden de la pluma del político e inventor Benjamin Franklin. En contraste con las publicaciones existentes, en su Morals of Chess por primera vez formula reglas de comportamiento para el jugador. En el aspecto práctico, es importante la aparición de Paul Morphy (1837-1884), cuyas partidas combinativas fueron altamente valoradas por la posteridad, por su capacidad para calcular anticipadamente las operaciones tácticas, que ha dejado su impronta en la historia del ajedrez, conociéndose aún hoy como combinaciones “a lo Morphy”. Sus ataques se basaban, sin embargo, en sólidas posiciones, con armónica colaboración entre las piezas, lo que le permitía lanzar su ofensiva desde el centro a la posición en que se encontrase el rey enemigo.
Paul Morphy
En Francia, el maestro más destacado, después de Philidor, fue Louis Charles Mahé de Labourdonnais (1797-1840), que actualizó también el estado teórico del ajedrez, según su punto de vista, en Traité sur le jeu des Échecs (1833). Compaginó sus destacadas actuaciones ante el tablero con la revista mensual de ajedrez, por él fundada, Le Palamède.
Como vemos, la vida ajedrecística se concentraba entonces en la Europa Occidental, en aquellos países de más alto nivel cultural y económico, es decir, Inglaterra y Francia. En los demás países la sociedad no había experimentado los mismos progresos, aunque el ajedrez estaba bien representado por fuertes jugadores y algunos destacados publicistas. Algunos signos daban fe de que la popularidad del ajedrez iba en aumento en todas partes. En Alemania, por ejemplo, el pueblo de Ströbeck, cerca de Halberstadt, hace representaciones de ajedrez viviente que son retransmitidas todos los años, según una tradición que data del siglo XI. Cuenta la leyenda que en el año 1011 el conde Gunzelin, que había sido hecho prisionero, jugaba al ajedrez con su guardián, lo que dio lugar a esa tradición, en un pueblo donde todo el mundo practica el juego real. Así, la fonda Zum Schachspiel (El juego del ajedrez) descansa sus piedras de sillería sobre un piso damasquinado, que es un tablero de ajedrez, en la plaza mayor del pueblo. En 1823 se adoptó la resolución pública de incluir el ajedrez como materia en el plan de estudios (en 1990 se fundó el nuevo partido político “del ajedrez”, en línea con la “tradición ajedrecística comunitaria”, que es la principal fuerza política de la localidad, y a la que pertenece el alcalde, Rudi Krosch).
Otro hecho que confirma el auge del ajedrez en Alemania fue la publicación, en 1795, del primer trabajo original en alemán sobre aperturas, obra de Johann Allgaier, Neue theoretisch-praktische Anweisungen zum Schachspiel (Nuevas directrices teórico-prácticas acerca del juego de ajedrez), un trabajo capital que tomaba en cuenta los estudios anteriores de Philidor, Lolli y Ponziani, en el que el autor realizaba un estudio metódico de las aperturas, dispuestas en forma de tabla. Una contribución original fue la variante propuesta por el autor para combatir el Gambito de Rey: 1 e4 e5 2 f4 exf4 3
f3 g5 4 h4 g4 5 g5 h6 6 xf7, el Gambito Allgaier.Hasta ese momento, las investigaciones teóricas relacionadas con el desarrollo del ajedrez tenían dos vertientes: por un lado, la elaboración de una teoría estratégica del juego, y por otro, se trataba de consolidar los conocimientos relativos a las aperturas, lo que fue marcando hitos a cargo de personalidades del ajedrez. Muchos maestros publicaron sus teorías en forma de manuales y ensayos sobre aperturas. Desde ese momento, el proceso dialéctico elaboración de la teoría/práctica competitiva hizo posible el incremento de la comprensión universal y la calidad, en consecuencia, de los niveles de juego. Es importante comprender estos acontecimientos, pero también la relevancia de los nombres propios y la terminología a ellos asociada, a fin de seguir cabalmente la descripción que llevaremos a cabo. Aquí conviene señalar que podemos trazar un interesante paralelismo entre la evolución histórica y el proceso de formación ajedrecística. Hemos hablado ya, por ejemplo, del estilo característico de los maestros españoles e italianos, que interpretaban el juego a base de ataques combinativos y desarrollos forzados de piezas. Podemos plantear una comparación de la situación del ajedrez entonces con los más importantes principios actuales. En aquella época los objetivos eran claros: un rápido desarrollo de las piezas y una permanente aspiración a la ofensiva se encontraban en un primer plano. En principio, los fundamentos del juego y las tendencias eran más o menos los mismos. La significación didáctica de este aspecto será justificada en un sentido amplio. En los primeros manuales de los siglos XV y XVI, la denominación de las aperturas era “Italiana”,“Española”,“Escocesa”,“Cuatro Caballos”, etc. Es decir, que todo el instrumento de aprendizaje que se transmitía a numerosos alumnos eran aperturas abiertas, y las viejas posiciones teóricas seguían siendo las mismas.
2.2 Transición de los círculos sociales a las competiciones deportivas
La publicación de revistas especializadas y libros de ajedrez, el juego por correspondencia y los match entre jugadores se intensificaron en la segunda mitad del siglo XIX, gracias a las nuevas posibilidades de comunicación. Así, llegó el año 1851, cuando dieciséis jugadores acudieron a Londres a competir en el primer torneo internacional de ajedrez de la historia. Ese fue el punto de inflexión para el ajedrez, que entraba así en una nueva fase, donde la competición pasaba a estar reglamentada, sobre todo en forma de torneo. Se adoptó una medida revolucionaria para la actividad ajedrecística, consistente en limitar el tiempo de reflexión, relacionándolo con el control del número de jugadas. Con tal medida los organizadores pretendían erradicar la penosa costumbre de algunos jugadores que reflexionaban eternamente para desesperación de sus rivales de turno. Una partida “seria” duraba una hora, tal vez