Juan Bautista de La Salle. Bernard Hours
Roland entra allí de alguna forma.
Él franquea la última etapa en 1678. El 9 de abril, víspera de Pascua, dos meses después de haber obtenido su licencia en Teología, monseñor Le Tellier lo ordena presbítero en la capilla del arzobispado en Reims. Hubiera podido ser mucho antes si él no hubiera dejado tal intersticio entre el subdiaconado y el diaconado. Hay dudas sobre cómo leer ese último episodio de camino hacia el sacerdocio. Por un lado, la cronología parece mostrar que esos retrasos no revelan tanto una duda sobre su vocación, sino una opción deliberada y una alta exigencia: para Juan Bautista el sacerdocio debe estar apoyado sobre un saber teológico. Por otro lado, es igualmente posible que para esta fecha el episodio de San Pedro el Viejo no sea más, a sus ojos, que un accidente del camino. Dadas las circunstancias, en ese comienzo del mes de abril de 1678 él está sobre la ruta para comenzar la carrera que su familia probablemente soñaba para él.
La tutela de los hermanos
El 8 de abril de 1672, la víspera de su muerte,
Desde los primeros días que siguen a su retorno a Reims, Juan Bautista se consagra a la tarea. El 23 de abril se decide que su hermana María se establecerá donde la abuela Perrette Lespagnol, junto con el más pequeño de los hermanos,
Durante cuatro años él asegura con cuidado la conducción de la casa, como lo testifican las cuentas de tutela que nos llegaron45. Al mismo tiempo, él prosigue sus estudios de teología y asume los deberes vinculados con su prebenda canonical. Se pueden tener algunas dudas sobre su asiduidad absoluta al capítulo hasta su regreso de Cambrai, a comienzos de junio de 1672: el arreglo de la sucesión y la preparación de su propia ordenación al subdiaconado probablemente lo acapararon hasta ese momento. Con sus tíos tiene que poner en marcha una estrategia para que el oficio de consejero, dejado vacante por su padre, se transmita a la familia. La dificultad para hacer frente al conjunto de tareas lo conduce a suspender sus estudios —como lo vimos— durante todo el año universitario 1672-1673, consagrado al cuidado de sus hermanos y hermanas; sus funciones en la catedral no se interrumpen. Cuando se trata de preparar con seriedad las sustentaciones de la licencia, le parece indispensable desprenderse de una parte de sus responsabilidades. «Reconociendo que él no podía responder por sus estudios y funciones en la Iglesia», los dieciséis parientes reunidos el 9 de junio de 1676 lo descargan de la tutela de sus hermanos y hermanas menores, asignada a su tío
Así, a finales de 1670, Juan Bautista camina con convicción sobre una vía completamente trazada. Cumplirá su misión sacerdotal, tanto más que su prestigiosa prebenda puede procurarle muchas facilidades. No cabe duda de que él será apoyado por la red de las familias devotas de la cual salió y que están bien instaladas en las instituciones civiles y religiosas de la ciudad. Su seriedad para cumplir todos sus deberes y su constancia a pesar de las vicisitudes de la vida dan testimonio a su favor y autorizan las más bellas esperanzas en el seno de la Iglesia galicana.
24 Véase el plano de implantación de las casas infectadas por la peste de 1635 en Benoît (1999, pp. 97, 98, 100).
25 Literalmente sería Henri el Caricortado. Balafrer significa acuchillar, herir con una cortada, en especial en la cara (nota del traductor [N. del T.]).
26 Véase el árbol genealógico levantado por L.M. Aroz (1982, CL 42, p. 176). Es apenas útil evocar aquí un mito definitivamente descalificado sobre los orígenes mucho más antiguos y prestigiosos de la familia de La Salle. Él se remonta a las afirmaciones de los dos últimos autores que pudieron tener acceso a los archivos familiares: cierto Juan Bautista de La Salle, nacido a Rochemure (Cantal) en 1723, vicario general de la diócesis de Vienne al final de su vida (1787), y uno de sus primos, de la rama de los perigourdinés,