Juan Bautista de La Salle. Bernard Hours

Juan Bautista de La Salle - Bernard Hours


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la juventud y los estudios, la vida familiar, el contexto en el cual nació esta vocación.

      tomarse la molestia de leer el manuscrito entero de la Vida del señor de La Salle… a fin de que usted tenga la bondad de ver si todo está en buen orden, si no hay nada falso o algo que se contradiga. (Bernardo, 1965, CL 4, pp. 102-104)

      Las Observaciones (Remarques) del hermano Bernardo y la carta del hermano Juan nos revelan algo que plantea un problema. Sus términos, un poco alambicados, son muy explícitos para quien conoce, aunque sea un poco, este difícil periodo de la Iglesia galicana. El segundo precisa:

      varias personas desearían mucho que se dejase lo que está reportado en dicho manuscrito de sus verdaderos sentimientos sobre los asuntos del tiempo y de diversos sentimientos, agregando como razón que ahí está en juego el interés de nuestro instituto; los otros, que de lejos son muy pocos, dicen que no se debe hacer nada. Por lo demás, señor, si es posible que yo diga mi pensamiento al respecto, yo creo que parece bien e incluso necesario que se expongan las cosas tal como son, sin chocar a nadie, sin embargo, lo que nos resultará provechoso.

      La piedra de choque es la bula Unigenitus Dei Filius del 8 de septiembre de 1713, con la cual el papa Clemente XI centelleaba una última, global y solemne condenación del jansenismo a través de 101 proposiciones extraídas de la obra de Pasquier Quesnel Réflexions morales sur le Nouveau Testament (Reflexiones morales sobre el Nuevo Testamento). Esta bula, reclamada por Luis XIV, suscitó profundas divisiones en Francia, entre la clerecía y la magistratura particularmente; la línea de fractura atravesaba a la familia de La Salle, como lo veremos luego. Esos eran los «asuntos del tiempo y los diversos sentimientos» evocados con pudor por el hermano Juan. No era del interés del instituto que la sumisión de Juan Bautista se silenciara: él aún no era oficialmente reconocido por la Corona ni por Roma. El examen de sus constituciones estaba en curso. No obstante, ¿qué significaba sumisión: de corazón o de convicción, o solo de labios para afuera con restricción mental?

      Era necesario darle al fundador una imagen irreprochable. Pero ¿por qué someter el manuscrito al hermano de Juan Bautista, notable anticonstitucionario, como se les llamaba entonces a quienes se oponían a la bula? Probablemente, los hermanos Timoteo y Juan no pertenecían al campo de los constitucionarios más celosos y no les molestaba consultar a un oponente, tanto más que ellos tenían en él a uno de los testigos más cercanos y aún vivos de la juventud de Juan Bautista. Entre los «muy pocos» de aquellos evocados por el hermano Juan, que deseaban la discreción sobre esos asuntos y sobre la posición adoptada por Juan Bautista, figura justamente el canónigo Guyart, quien había cometido:

      un crimen [al hermano Bernardo] hablándole de los asuntos del tiempo […] y dice que él creía


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