Cómo escribir un artículo académico en doce semanas. Wendy Laura Belcher

Cómo escribir un artículo académico en doce semanas - Wendy Laura Belcher


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en mis cursos —al mismo tiempo la más refutada y la mejor acogida—. No es sorprendente que muchos inmediatamente expresan su incredulidad. “No puede ser”, escucho. “Es imposible”. Cuando pregunto por qué piensan así, los estudiantes responden: “Yo necesito días enteros para escribir; de otra manera olvido en qué estoy trabajando… y pierdo la pista. Si no permanezco en un espacio mental durante una semana entera, mis ideas no son coherentes… necesito reunir suficiente energía y continuar trabajando porque si me detengo no podré empezar de nuevo”.

      Les recuerdo que todos nos las arreglamos para ir al trabajo, usar el horno de microondas, y responder el correo electrónico sin tener que hacerlo durante diez horas seguidas. “Pero escribir es diferente”, responden. “Es un trabajo intelectual, se trata de ideas”. Yo escucho las objeciones y les pido un favor: “Como experimento, traten de escribir quince minutos al día la próxima semana”.

      La siguiente semana, la persona que había protestado más es generalmente la primera en reconocer que ¡realmente funciona! Un estudiante mencionó que había reorganizado todas sus actividades en periodos de quince minutos que giran en torno al trabajo y al cuidado de los niños. “¡No solamente dediqué quince minutos al día a escribir, sino que también dediqué quince minutos a trabajar en el jardín, quince minutos a cocinar y quince minutos a leer!” Una estudiante comentó que había resuelto un problema importante de revisión mientras esperaba en la fila del Departamento de Licencias Automovilísticas. Otra se fijó como meta escribir un ensayo de dos mil palabras para una revista profesional escribiendo durante sólo quince minutos al día. En dos semanas ya había entregado el ensayo.

      Otro más lo explicó de la siguiente manera: “Yo soy generalmente un perfeccionista en cuanto al entorno de escritura. Tengo que estar en mi computadora, debe haber silencio absoluto, y necesito café. Pero hubo un retraso en el aeropuerto antes de mi vuelo a una conferencia y pensé en lo que sugeriste. Decidí intentar escribir por quince minutes y funcionó bien. Luego me preocupó el tiempo que me tomaría pasar mis notas escritas a mano a la computadora, pero al transcribirlas pude revisar el texto, por lo que no fue una pérdida de tiempo. Un aeropuerto aún no sería mi sitio ideal para escribir, pero ahora entiendo cómo, con flexibilidad, puedo escribir un poco cada día y mantener frescas mis ideas”.

      Otra persona me comentó: “No puedo hacerlo en quince minutos, pero me convence el concepto de escribir todos los días. La manera en que lo hago para que funcione es tener el artículo en el que estoy trabajando siempre abierto en mi computadora. Es lo primero que abro cuando la enciendo y lo último que cierro. Eso significa que en algún momento todos los días hago algo con el artículo —agrego una cita, cambio los espacios en el cuadro, corto parte del texto y demás—. Eso lo mantiene fresco”.

      Casi todos mis estudiantes que llevaron a cabo el ejercicio admiten que lograron realizar una buena cantidad de trabajo en quince minutos y no tuvieron problema en recordar dónde estaban y qué estaban haciendo cuando lo retoman al día siguiente. Escribir cada día mantiene el artículo en nuestra mente, lo que lleva a pensar en éste mientras conducen el auto o lavan los platos, en lugar de olvidarlo. Además, si escribes en la mañana te sientes tan productivo, que el resto del día parece más manejable.

      Para muchos de nosotros es preferible escribir durante más de quince minutos y, si depende de nosotros, dedicaremos de una a cuatro horas para hacerlo. Si cuentas con apoyo financiero y no tienes ninguna otra obligación, dedica tantas horas de trabajo como puedas aguantar. Pero, ¿si no es ésa tu situación?, ¿eres un profesor nuevo que impartes tres cursos nuevos?, o ¿recientemente te convertiste en padre y no puedes dormir mucho? En esos casos, es imposible contar con largos periodos para escribir. La buena noticia es que puede resultar eficaz escribir durante los pocos minutos que se te abran en el día. Esto significa que si de pronto puedes trabajar media hora en tu texto te sentirás bien y no estarás decepcionado porque no lo hiciste todo el día. Puedes reorganizar tu forma de pensar y apreciar cualquier oportunidad que tengas para escribir.

      Escribir en breves ráfagas diariamente es especialmente útil si tienes sólo un bloque más largo de tiempo a la semana. O sea que escribir durante la tarde del sábado será mucho más productivo si escribiste durante quince minutos cada uno de los días anteriores. Tus “motores están listos”, por lo que no necesitarás mucho tiempo de calentamiento. Algunos descubren que las sesiones cortas son mejores para revisar y las largas para redactar —decide qué funciona mejor para ti—. Otros consideran que la sesión de escritura incluye repasar sus notas sobre las lecturas. Cualquier cosa que funcione para ti me parece bien.

      ¿Cuál es la moraleja? Escribir diariamente es eficaz, mientras que hacerlo en largas y desgarradoras sesiones no lo es. El problema de escribir en atracones —cuando no has escrito nada varias semanas y luego lo haces durante toda la noche (o todo el fin de semana)— es que mientras menos escribes, más difícil es hacerlo. Parte de la razón por la cual los estudiantes sienten la necesidad de periodos largos para trabajar en un texto es el tiempo que les toma silenciar su crítica interior. En la ausencia de los pequeños éxitos satisfactorios que se dan con la escritura diaria, esa crítica se vuelve más dura y fuerte. Si has estado escribiendo todos los días, no experimentarás este problema. A medida que escribir se convierta en un hábito, tendrás mejores probabilidades de completar tu proyecto de escritura y de disfrutar el proceso.

      Por lo tanto, te garantizo que mejorarás drásticamente como escritor, si te comprometes a estar en tu lugar para escribir y hacerlo cinco días a la semana, durante quince a sesenta minutos cada vez. La clave está en establecer un horario regular y razonable, así como tener la disciplina para mantenerlo.

      Según mi experiencia, pocos estudiantes de posgrado los tienen. En este aspecto no son muy diferentes a la mayoría de los profesores, como se menciona al principio de este capítulo. Un estudio les dio seguimiento a profesores nuevos durante los dos primeros años después de haber sido contratados con miras a obtener la definitividad laboral. Ellos habían estimado que dedicarían por lo menos diez horas a la semana a escribir y producirían por lo menos dos artículos. Sin embargo, en ese periodo escribieron sólo durante treinta minutos a la semana en promedio y produjeron únicamente una tercera parte de un manuscrito, en lugar de dos enteros (Boice, 1997: 24). Claramente, encontrar tiempo para escribir es un problema generalizado. Así que enfoquémonos en establecer un horario razonable. La siguiente sección es larga, así que asegúrate de dedicarle suficiente tiempo para realizar todas las tareas.

      Establecer una fecha límite definitiva

      He diseñado este manual para ayudarte a enviar un artículo a una revista académica en doce semanas. Te recomiendo considerar ésta como la semana 1 y fijar la fecha límite para enviar tu artículo once semanas después. De manera alternativa, identifica otras fechas límites que te mantendrán en forma, como el día de una conferencia en la que deberás presentar una ponencia basada en este artículo. Una vez establecida la fecha final, podrás planificar tu tiempo con ese punto de partida.

      Si piensas que ésta no es una buena semana para comenzar, elige la próxima. Podrías incluso decidirte por la semana siguiente, o el verano próximo, pero no lo recomiendo. De esa manera estarías cayendo en la trampa de pensar que puedes escribir únicamente si encuentras periodos largos e ininterrumpidos para hacerlo. Si piensas así, te la pasarás esperando a las vacaciones entre semestres, o al verano, luego a un año sabático, y más tarde a tu jubilación. Después de eso, para ser francos, ¡estarás muerto(a)!

      Semanas. En cada cuadro de las doce semanas, anota las fechas exactas entre hoy y la fecha final que fijaste para completar el trabajo.

      Establecer


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