El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila

El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos - Eliseo Vila


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que recordamos con arrepentimiento, Dios las olvida; pero nosotros no debemos olvidarlas, si no queremos la justicia las saque a relucir para castigarlas. El mundo hace la vista gorda ante los pecados de los jóvenes, aunque a menudo no sean tan pequeños; pero los huesos de nuestros festines en la mesa de Satanás durante los años de nuestra juventud, se nos clavan dolorosamente en la garganta en la senectud. El que presume en su juventud está envenenando su vejez. ¡Cuántas lágrimas puede que mojen esta página al ver cada lector reflejado en ella nuestro pasado!

      Y de mis transgresiones.75 Otra palabra para los mismos males. Los penitentes sinceros son incapaces de llevar las confesiones al galope; están constreñidos a lamentarse profusamente, porque sus muchos pecados les abruman con innumerables aflicciones. Un sentimiento de dolor por cualquier pecado en particular, provoca en el creyente un arrepentimiento global por la masa entera de sus iniquidades. Una conciencia despertada no se satisface con nada, salvo con un perdón absoluto, claro y exhaustivo. David no se contenta con que sus pecados sean perdonados, quiere que sean olvidados.

      Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehová. David exhala la misma oración que el ladrón moribundo que colgaba de la cruz,76 ambas sustentadas en la misma súplica, a saber, la gracia gratuita y la bondad de Jehová, inmerecida por nuestra parte. No nos atrevemos a pedir que las balanzas de la justicia midan la porción que nos corresponde, pero rezamos para que se nos trate con la mano de la misericordia.

      C. H. SPURGEON

      No te acuerdes de los pecados de mi juventud. En primer lugar, considerando que los pecados en su vida no eran algo reciente, al contrario, había acumulado pecado sobre pecado; se dobla, por así decirlo, encorvándose bajo el peso acumulado. Y en segundo lugar, da a entender que si Dios hubiera de tratarle de acuerdo con el rigor de la ley, entrarían en juicio contra él no solo los pecados del día anterior, o de unos pocos días atrás, sino de todas las ocasiones en las cuales había cometido ofensa desde su infancia, y que todos ellos implicarían una acusación justa y punible. Por tanto, cuando Dios despierta nuestra conciencia aterrándonos con sus juicios y justos castigos de su ira, acordémonos, no tan solo de los pecados que hemos cometido últimamente, sino también de todas las transgresiones a lo largo de nuestra vida pasada, estableciendo así en nuestra mente las bases para una mayor vergüenza y renovado lamento.

      JUAN CALVINO [1509-1564]

      No te acuerdes de los pecados de mi juventud. Esta súplica de David puede parecer superflua, pues es lógico suponer que David habría pedido ya perdón por los pecados de su juventud anteriormente, que ante sus súplicas Dios se lo había concedido, y que lo que Dios concede jamás lo revoca. ¿Qué necesidad tenía David de pedir en este salmo perdón por unos pecados, tiempo ha cometidos, y tiempo ha perdonados por Dios? A esta objeción divido mi respuesta en cuatro partes.

      1. En primer lugar, aunque David, sin duda, hacía tiempo que se había arrepentido con profundo dolor de sus pecados de juventud, era consciente, sin embargo, de que si Dios extremaba su severidad en lo que había hecho mal, a pesar de haberse arrepentido, probablemente hallaría pecado incluso en su propio arrepentimiento.

      2. En segundo lugar, aunque Dios había perdonado los pecados de David en lo referente a su condenación eterna, no le había eximido sin embargo de aflicciones temporales, que ahora se agolpaban en su situación presente, y en este Salmo pide su eliminación o cuanto menos que sean mitigadas. Por ahí va el sentido de sus palabras “No te acuerdes de los pecados de mi juventud” es decir, Señor, aligera y disminuye las aflicciones que tan justamente me están acorralando ahora en mi vejez, a causa de los pecados cometidos en mi juventud.

      3. En tercer lugar, el perdón de Dios por los pecados pasados, siempre es concedido bajo esta condición: cuando el indultado se compromete a un comportamiento correcto en el futuro, y a que, si lo quebranta, merece en estricta justicia perder todos los beneficios de su perdón. Y David era culpable después de la enorme transgresión cometida en el caso de Betsabé y Urías,77 lo cual podía haberle acarreado, aplicando la justicia en extremo, que todos los pecados de su juventud le fueran nuevamente imputados y castigados.

      4. Por último, asumamos que David contara con la certeza del perdón de sus pecados de juventud, sin embargo, los siervos de Dios pueden orar por aquellas bendiciones que tienen ya en su posesión, no para obtener de nuevo aquello que ya han recibido, –lo cual es innecesario–, sino para mantenerlo, lo cual sí es necesario. Sí, Dios se agrada con tales oraciones de sus santos, y las toma como alabanzas a él. Por tanto, las palabras: “No te acuerdes de los pecados de mi juventud”, hay que entenderlas del siguiente modo: Bendito seas por tu gracia y tu bondad, porque has perdonado los pecados de mi juventud.

      THOMAS FULLER [1608-1661]

      “The Cause and Cure of a Wounded Conscience”, 1647

      No te acuerdes de los pecados de mi juventud. David clama, sacudido por el poder de la Palabra, que instiga y despierta su conciencia: “No te acuerdes de los pecados de mi juventud”. Oh, amados, los pecados de vuestra juventud, por muy arrepentidos que estéis de ellos, como Job,78 os acarrearán enorme tristeza y conmoción cuando llegue vuestra madurez. Las lujurias de la juventud, las vanidades de la juventud, y los placeres sensuales de vuestros días de juventud, sentarán las bases de todo vuestro dolor cuando peinéis canas y os acerquéis a la tumba. Así se lo advierte Zofar a Job.79

      CHRISTOPHER LOVE [1618-1651]

      “The Sum or Substance of prelatical Divinity, or the Grounds of Religion in a catechistical Way”, 1654

      No te acuerdes de los pecados de mi juventud80. Que no te impulsen a castigarme o ejecutar sobre mi tu venganza a causa ellos; como hacen los hombres, que cuando recuerdan las heridas, buscan vengarse de la persona que las ha infligido.

      WILLIAM GREENHILL [1591-1671]

      “Exposition of the prophet Ezekiel, with useful observations thereupon”, 1846

      No te acuerdes de los pecados de mi juventud. No es aconsejable ni seguro estar en números rojos con el “Anciano de Días”.81

      JOHN TRAPP [1601-1669]

      “A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

      No te acuerdes de los pecados de mi juventud. Antes de llegar al punto principal en este texto, es preciso solventar una objeción: Considerando su historia y las circunstancias de su juventud, ¿es posible (opinan algunos) que David tuviera pecados de esa época?

      (a) En primer lugar, su crianza fue en un ambiente de pobreza. De su padre Isaí, se nos dice simplemente que: “era anciano, muy entrado en años”,82 no un hombre rico o importante; es probable que lo más valioso que tuvo fueran sus ocho hijos, nada más.

      (b) Tuvo una infancia y juventud muy duras. A pesar de ser el más joven, no era el mimado de la familia, sino todo lo contrario, trabajaba de firme. Fue comisionado por su padre para apacentar las ovejas que amamantaban,83 y por lo que parece, fue cuidando esas ovejas donde aprendió de su inocencia y simplicidad.

      (c) Era piadoso, practicante y cumplidor de sus deberes; y había depositado en Dios una fe ciega “Porque Tú eres mi esperanza, oh Dios; Tú eres mi confianza desde mi juventud”.84 Y tan solo unos pocos versículos más adelante de este mismo Salmo 71: “Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud”.85 David empezó pronto a ser bueno y recto, un santo a pesar de ser joven. Y lo que es más, siempre probado en el horno de la aflicción: “Aun desde mi juventud estoy afligido y enfermizo; me han abrumado tus terrores, y estoy amedrentado”.86

      ¿Cómo podía ser corrupta un agua clarificada a diario? ¿Cómo podía oxidarse un pedazo de metal bruñido con regularidad? ¿Cómo podía el alma de David en su juventud estar sucia por el pecado, si era rascada constantemente por el sufrimiento?

      La respuesta es simple: a pesar de que David era, a grandes rasgos, un hombre conforme corazón de Dios87


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