Caminos y fundaciones: Eje Sonsón-Manizales. Jorge Enrique Esguerra Leongómez

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el río Cauca, era una de las tres que penetraban en la aislada región antioqueña durante gran parte de la Colonia, y las condiciones de la ruta eran deplorables13.

      Antonio García (1978) apunta que no se abrían caminos de herradura sino “en las regiones topográficamente más accesibles” (1978, p. 28); pero como precisamente el paso por este sector medio del río Cauca es particularmente abrupto, las vías debían ser precarias trochas en las que, prosigue García, “los indios se emplean como animales de carga” cuando la introducción de esclavos negros en las minas “deja población indígena disponible y se abarata el costo de transporte. El indio no se libera de su condición de bestia de transporte, mientras los caminos no permitan el acceso de animales de carga” (1978, p. 28). Solo en el siglo XIX, cuando las condiciones políticas y económicas comenzaron a cambiar y cuando se produjo el desplazamiento poblacional, fundamentalmente de antioqueños, hacia esa zona, la región que venimos describiendo se reactivó positivamente y las antiguas poblaciones volvieron a adquirir importancia regional.

      De la ciudad conquistadora a la colonia agrícola

      En el siglo XVII la situación comenzó a cambiar en Antioquia con el desplazamiento incipiente de las actividades productivas hacia el valle central de Aburrá y hacia los altiplanos del norte y el oriente. La minería continuó siendo el factor determinante en ese desplazamiento, especialmente en el norte, en el Valle de los Osos, donde empezaron a darse grandes concesiones a los mineros y, posteriormente Cédulas Reales de Minas que dieron origen a las primitivas poblaciones que se desarrollaron sin arte, sin comodidades y sin higiene. Como su longevidad dependía de la suerte que corrieran las minas, no llegaron a florecer sino muy pocas. Algunos de estos villorrios, calificados como “sitios” o “partidos”, llegaron con el tiempo a convertirse en viceparroquias y parroquias, y fueron los gérmenes de muchas ciudades importantes en los siglos XVIII y XIX (Marcos, 1952, p. 18).

      los antioqueños emprendieron la colonización del área ubicada al oriente de Santa Fe (de Antioquia). Se establecieron inicialmente en el Valle de Aburrá que, si bien, carecía de minas, estaba bien dotado de recursos para la agricultura. Con el correr del siglo y desde la década de 1630 el Valle de Aburrá empezó a suministrar comestibles a los nuevos campos mineros que se estaban desarrollando hacia el norte, en Santa Rosa de Osos, y hacia el oriente, en los alrededores de Rionegro. (Palacios y Safford, 2002, p. 124)

      Este fenómeno fue el que produjo “la creciente importancia del Valle de Aburrá” y el que “llevó a los colonos a fundar el nuevo pueblo de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín” (Palacios y Safford, 2002, p. 124).

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      Figura 8. Mapa del centroccidente de Colombia durante la Colonia. Circunscripción de la ciudad de Arma

      Fuente: elaboración propia a partir de Uribe (1885) y Jaramillo (2003). Base cartográfica: IGAC.

      Diseñador visual Ricardo Castro Ramos.


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