Yoga y medicina. Timothy McCall

Yoga y medicina - Timothy  McCall


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Además de actuar contra el estrés y mejorar la postura, la práctica de asanas puede ser beneficiosa a la hora de mover el alimento y los productos de desecho por los intestinos.

      31. Libera tensiones musculares inconscientes. ¿Alguna vez te has sorprendido a ti mismo, sin razón aparente, apretando los dientes o agarrando un lápiz, el teléfono o el volante del coche con mucha fuerza? Los agarres innecesarios e inconscientes pueden producir una tensión crónica en las muñecas, los brazos, los hombros, el cuello y la cara y provocar fatiga y dolor muscular, lo que a su vez empeora los niveles de estrés y el humor. El yoga puede enseñarnos, según las palabras de la gran maestra de Iyengar, Mary Dunn, “a sacar la tensión de la atención”, a equilibrar el esfuerzo y la relajación. Con el conocimiento que se adquiere de la práctica del yoga, se comienza a notar qué músculos se contraen innecesariamente. Pueden ser la lengua o los músculos de la cara y el cuello. Si estás en sintonía con tus músculos, puedes liberarte de algunos agarres innecesarios. Aprender a relajar músculos como los cuádriceps (los músculos grandes de la parte frontal de los muslos), los trapecios (los músculos que se extienden desde el cuello hasta los hombros y la parte media de la espalda) y los glúteos, sin embargo, puede necesitar años de práctica de asanas.

      32. Emplea la imaginería para hacer cambios efectivos en el cuerpo. La visualización y la imaginería desempeñan un papel muy importante en la práctica del yoga y pueden facilitar cambios mentales y corporales. Imagina que muerdes un limón, se te arrugan los labios y comienza a fluir la saliva. Piensa en contraer los bíceps sin hacerlo en realidad y un sofisticado monitor eléctrico de células musculares mostrará una ligera contracción. Parece una locura, pero la ciencia está confirmando lo que los yoghis han sabido durante miles de años. El Dr. Vinoth Ranganathan de la clínica Cleveland condujo un experimento en el que se entrenó a varios voluntarios para que imaginaran contracciones musculares específicas de los brazos durante quince minutos cinco días a la semana. Tras doce semanas siguiendo este programa, las pruebas mostraron que la gente que imaginaba los ejercicios había desarrollado aumentos estadísticamente significativos en la fuerza de aquellos músculos en comparación con el grupo control.

      33. Alivia el dolor. Diversos estudios han descubierto que las asanas, la meditación o la combinación de ambas cosas reduce el dolor de personas con artrosis, dolor de espalda, fibromialgia, síndrome del túnel carpiano y otras enfermedades. Nuevas técnicas en las que se investiga el cerebro han mostrado que la meditación profunda puede disminuir las señales entre el tálamo, una parte del cerebro que transmite mensajes de dolor, y los centros superiores de la corteza cerebral. Jon Kabat-Zinn descubrió que la meditación consciente puede mejorar la capacidad de tolerar el dolor enseñándonos a separar el dolor de los pensamientos y las emociones, lo cual al contrario avivaría el fuego. Aunque no es un fin por sí mismo, el alivio del dolor puede facilitar la curación mejorando el humor, animando a la actividad y reduciendo la necesidad de medicarse.

      34. Disminuye la necesidad de medicarse. Existen estudios que demuestran que el yoga permite que algunas personas con asma, problemas cardíacos, hipertensión, diabetes del tipo 2 y trastorno obsesivo compulsivo puedan disminuir la dosis de su medicación y, a veces, abandonarla por completo. Como todos los medicamentos tienen efectos secundarios, desde los medicamentos para la impotencia hasta aquellos para la hipertensión o la diabetes, suele ser buena idea medicarse lo menos posible o, si es necesario, emplear la menor dosis que haga efecto. Al usar dosis más pequeñas, también se reduce la posibilidad de sufrir las interacciones de varios medicamentos y, evidentemente, se ahorra dinero.

      35. Favorece las relaciones curativas. Al igual que una buena relación médico paciente puede curar, una buena relación con un profesor de yoga puede aportar beneficios terapéuticos. A menudo, los profesores ajustan a sus alumnos o los tocan de forma que facilite su relajación o profundización en una postura. Esto es lo que los médicos solían llamar “imposición de manos”, lo cual desafortunadamente, con el auge de la tecnología, ha sido sustituido por lo que yo llamo “imposición de medicamentos”. Parte de los beneficios de una buena relación con un profesor tiene relación con los conceptos no científicos del amor y el cuidado, los cuales, aunque difíciles de medir, sin duda facilitan la curación. De forma similar, el sangha, o la comunidad de profesores y estudiantes del yoga que se forma en centros y otros lugares de estudio, aporta el tipo de apoyo social que, como demuestran las pruebas científicas, tiene beneficios para la salud.

      36. Mejora la salud psicológica. Diferentes estudios han demostrado que el yoga mejora diversas medidas de la salud psicológica, incluidos el humor, la autoestima y el sentido de la ecuanimidad. El yoga también reduce los niveles de ira y, quizá como resultado de ello, así como de otros cambios relacionados, mejora las relaciones con los demás. Además de su valor a la hora de mejorar la calidad de vida, existen pruebas de que el bienestar psicológico afecta enormemente a la salud física. Diversos estudios sugieren, por ejemplo, que la ira y la hostilidad crónicas están fuertemente vinculadas a los ataques al corazón y son factores de riesgo, del mismo modo que lo son fumar, la diabetes y el colesterol elevado.

      37. Conduce a hábitos más saludables. La salud psicológica y la sensibilidad con el cuerpo que facilita la práctica regular del yoga anima a la gente a tomar decisiones más saludables, un descubrimiento documentado por estudiantes de meditación trascendental, lo cual también parece común entre los practicantes de yoga comprometidos. La gente que empieza a hacer yoga puede comenzar a correr con regularidad, comer mejor o dejar de fumar tras haberlo intentado varias veces sin éxito. A medida que se profundiza en la práctica, los hábitos tienden a ser más saludables. Después de un año, un estudiante de yoga puede decidir rebajar su consumo de carnes rojas. Tras cinco años, puede que lo deje del todo.

      38. Favorece el crecimiento espiritual. La práctica regular de yoga, especialmente cuando se realiza con la intención del autoanálisis y el progreso, suele poner a los que lo practican en contacto con diferentes lados de sí mismos. Entre los aspectos espirituales que el yoga favorece están los sentimientos de gratitud, la empatía, el perdón y la sensación de formar parte de algo mayor que uno mismo. Aunque el objetivo de la espiritualidad no es mejorar la salud, numerosos estudios científicos demuestran que tiene este efecto. Otro aspecto en el que la parte espiritual del yoga puede ayudar es el sufrimiento. Desde la perspectiva del yoga, el sufrimiento, o duhkha, es diferente al dolor. El dolor no siempre puede evitarse, pero cuánto se sufra como resultado depende del estado de la mente. El yoga enseña que los pensamientos y las reacciones emocionales frente a las experiencias dolorosas pueden encender la llama del descontento y minar la curación. Aprender a calmar y preparar la mente es el camino hacia la superación del sufrimiento.

      39. Provoca el efecto placebo. Creyendo que mejorarás, mejorarás, como demuestran innumerables historias y estudios científicos. Desafortunadamente, muchos científicos convencionales actúan como si algo que funciona con el efecto placebo no contara. Sin embargo, la gente que sufre suele ser pragmática. Sólo quieren que se les ayude. Si el canto de un mantra facilita la curación, aunque sólo sea por el efecto placebo, ¿por qué no hacerlo?

      40. Nos anima a involucrarnos en nuestra propia curación. En la medicina convencional, los pacientes son receptores pasivos. En el yoga, el elemento esencial no es lo que se nos hace, sino lo que nos hacemos nosotros a nosotros mismos. El yoga ofrece a la gente algo tangible que pueden hacer y la mayoría comienzan a sentirse mejor la primera vez que prueban. También observan que cuanto más se comprometen con la práctica, mayores beneficios obtienen. Esto no sólo hace que se involucren en su propia curación, también les ofrece un mensaje de esperanza, la esperanza de que pueden curarse, y seguir adelante. Si de verdad crees que el yoga puede ayudarte, es más probable que practiques todos los días. Y si lo haces, es más probable que funcione, y no sólo por el efecto placebo.

      Al leer estos cuarenta beneficios del yoga, quizá hayas notado ciertos solapamientos. Aunque para entenderlos mejor se pueden separar los mecanismos de fisiología y psicología de la curación, en realidad están fuertemente interrelacionados. Si cambias tu postura, cambiarás tu forma de respirar. Si cambias tu respiración, cambiarás tu sistema nervioso. Ésta, evidentemente, es una de las lecciones


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