Las clientelas del general Wilches. Nectalí Ariza
los políticos y militares estuvieron vinculados, como en Europa, se originó un mito acerca de un supuesto poder de la masonería, cuestión alimentada por el común de la gente. Pero ¿hasta dónde llegaba el poder de la masonería en el siglo XIX? ¿Qué poder social alcanzó la Estrella del Saravita? La respuesta es simple: su poder fue directamente proporcional a la influencia de los masones en la política, y nada más. Ahora bien, toda vez que las logias del siglo XIX agruparon a los hombres del poder político, militares, presidentes, ministros, etc., puede inferirse que, sin duda, la masonería tenía cierto poder político. Así, la logia del Socorro mantuvo influencia sociopolítica desde su fundación en el año 1865 hasta la guerra de 1876. Después, por la ruptura del liberalismo en dos facciones y por la inestabilidad política del decenio de los ochenta, evidentemente decayó; igual les ocurrió a las logias del centro del país, pues en su mayoría estaban ligadas a líderes del liberalismo radical.
La logia del Socorro fue instalada el 13 de diciembre de 1865 por el Supremo Consejo del grado 33 de Bogotá, liderado por Tomás Cipriano de Mosquera. Sus fundadores fueron Joaquín Vega Montero, Nepomuceno Juan Navarro, Crónidas A. Mujica, Lope García, Tomás Castilla y Guillermo León. En esta logia confluyeron los políticos radicales, y por ello cargaron con la fama de ateos y de enemigos de la Iglesia; pero muchos liberales y masones del país eran católicos, incluso las logias de Cartagena fueron aliadas de la jerarquía eclesiástica en la época de la Regeneración80. El sector enfrentado a la jerarquía católica lo fue por sus ideas liberales, pues los radicales quisieron establecer la educación laica y separar a la Iglesia del Estado. No obstante, también hay ejemplos de destacados liberales anticlericales que no fueron masones, como fueron los casos de Eustorgio Salgar y Victoriano de Diego Paredes. De otra parte, es conocida la lucha que desde el siglo XVIII y a lo largo del XIX mantuvo la Iglesia contra las ideas liberales.
La logia del Socorro agrupó a las cabezas principales de la red de aliados y parientes de los Wilches (W.) que se dedicaban a la política: Rafael Otero, Solón W., Milciades W., Horacio W, Joaquín W., Marco Aurelio W., Ramón W., Fortunato Bernal, José María Ruiz y Domnino Castro, además de varios de sus aliados como Próspero C. Azuero, Cupertino Rovira, Eliseo Ramírez, Crónidas Mujica, etc. Entre los miembros de la familia destacó Antenor Montero (primo), uno de los parientes más dedicados a la logia, tal como se refleja en su correspondencia con Solón: a finales de 1870 hacía evidente su entusiasmo por las iniciaciones de Fortunato y Milciades, realizadas ese diciembre, antes de la Navidad81. También debe señalarse que en esa logia no solo hicieron presencia los allegados de Wilches pues si se observa el listado de iniciados (abajo), figuran otros hombres de la política de entonces, algunos de los cuales, fueron contradictores de Solón.
A la logia asistían, además de los iniciados en la Saravita, masones de otras ciudades, principalmente de Bogotá. Era el espacio de encuentro y confraternidad de los líderes radicales que, en su mayoría, estaban afiliados a alguna de las logias del país. Entre ellos contamos a Salvador Camacho Roldán, Manuel Murillo Toro, Aquileo Parra, los hermanos Zapata y muchos otros. Algunos se hicieron masones a mediados de siglo, como lo rememora Camacho Roldán cuando relata que en Bogotá la masonería se fundó en 1846 o 1847, por unos ciudadanos españoles de la compañía dramática «con el concurso de algunos sujetos notables, venezolanos en su mayor parte». Luego «se afiliaron muchas personas distinguidas de Bogotá, José Caicedo Rojas, José María Samper, José María Plata, Manuel Ancízar, Manuel Murillo Toro […]»82, entre otros. El mismo Roldán se afilió en 1849, y encontró que había masonería desde antes, quizá –señala– desde la Independencia; además distinguió entre masones antiguos y nuevos83. Efectivamente, tal como puede corroborarse en la documentación compilada por Américo Carnicelli, a comienzos del siglo XIX había masones en la Nueva Granada, así las logias se hayan fundado luego. Entre los masones antiguos, Roldán encontró a los generales José Hilario López, Valerio Francisco Barriga y José María Melo, también a los coroneles Enrique Weir y Rafael Mendoza, entre otros. No menciona a los generales Ramón Espina y Tomás Cipriano de Mosquera, y no está claro en qué año fueron iniciados. Mosquera fue el más connotado entre los masones antiguos, y se tomaba en serio sus grados como símbolo de prestancia y poder. De hecho, fue el fundador del Supremo Consejo de Grado 33 en Bogotá, el 3 de junio de 1864. Su competencia con el Supremo Consejo de Cartagena lo puso en contra de la tradición internacional y creó un grado más en la masonería: el 34; de modo que él fue el primero en asumirlo, además de otorgárselo a Manuel Ancízar. También creó un singular Serenísimo Gran Senado Masónico, lo que generó un lío en los protocolos y demás entresijos cocidos en los supremos consejos por el control de las logias simbólicas84. Un estudio de la correspondencia de Mosquera muestra, entre sus abonados, a masones de diferentes partes del país85, muchos de los cuales fueron iniciados en logias de la jurisdicción del Supremo Consejo del Bogotá bajo su tutela.
En la Estrella del Saravita hubo altos grados, como lo prueban varias fotografías que sobrevivieron: abajo y en su orden, Crónidas Mujica, con collarín Caballero Kadosh (grado 30)86; Temístocles Paredes y Benigno Parra, con collarines Rosa Cruz (grado 18); Ricardo Aráuz y Guillermo León, con collarines del cuarto grado. Todos conocidos miembros del radicalismo, incluido el líder de la logia, Guillermo León y Temístocles, hijo de Victoriano de Diego, líder radical, reconocido protestante.
La lista presentada abajo corresponde a afiliados de la logia Estrella del Saravita en el tiempo de su existencia. En el listado encontramos a trece familiares cercanos (F) y a varios liberales radicales (R) que destacaron en la política; algunos fueron contradictores y otros estrechos colaboradores de Wilches. Entre los segundos, Cupertino Rovira, José de la Paz Ortiz, Crónidas Mujica, Juan N. Prada; estos fueron funcionarios de gobierno durante los años en que Wilches fue presidente del Estado87.
Tomás Castilla (R) | Lope García | Crónidas A. Mujica (R) |
Alejandro G. Santos (R) | Pedro A. Pradilla (R) | Dídimo Parra (R) |
Hugo Biester | Mariano Mujica | Rosendo Pereira |
Próspero A. Azuero (R) | Guillermo León | Ricardo Obregón(R) |
Nepomuceno G. Santos | Crisóstomo Villareal | Evaristo León |
Eliseo Ramírez (R) | Benigno Parra (R) | Luis Mejía Niño (R) |
Leoncio Garcés | José M. Villamizar G. (R) | José Gómez (R) |
Cándido Parra | Gregorio Villafrade (R) | Domnino Castro (F) |
Ignacio Rivero (R) | Rafael Otero (F) | Felipe Zapata (R) |
Solón Wilches (F) | Ramón Perea | Erasmo M. del Valle |
Pedro Corena | Marco A. Estrada (R) | Antonio Ruiz (R) |
Gustavo Wall | Ricardo Vega M. | Alejandro Nava M. |
Nicolás Esguerra (R) | Luis M. Lleras Triana | Ciro A. Gómez S. |
Antenor Montero (F) | Milciades Wilches (F) | Dámaso Zapata (R) |
Guillermo Otero (F) | José David Guarín | Luis Fernando Otero (F) |
Juan N. Prada (F) | Miguel Sebrián | José M. Ruiz (F) |
Manuel J. Valencia (R) | Jesús Vega Montero | Ignacio Rivero (R) |
José de la Paz Ortiz (R) | Vicente Martínez (R) | Joaquín García |
José M. Lombana (R) | Francisco Muñoz (R) | Juan A. Hernández |
Joaquín Wilches (F) | Jacinto León | Fortunato Bernal (F) |
Vicente Villamizar (R) | Apolinar Buenahora (R) | Antonio M. Vega |
Tobías Valenzuela | Miguel Pradilla (R) | Rafael Romero (R) |
Pablo Martínez R. | Agustín Yáñez (R) | Jelacio Sánchez |
José M. Gómez (R) | Cupertino Rovira (R) | Heraclio Alonso |
Margario Quintero (R) | Rodrigo Chacón | Ramón Wilches (F) |
Ladislao Vargas (R) | Aquileo Parra(R) | Marco A. González |
Froilán Gómez | Tomás Vega Moreno | Fernando S. Nieto (R) |
Horacio Wilches (F) | Demetrio Zapata |
En la lista figuran Marco Antonio Estrada, Miguel Pradilla, Aquileo