Las clientelas del general Wilches. Nectalí Ariza

Las clientelas del general Wilches - Nectalí Ariza


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fue interceptada antes de que llegase a su destinatario. Ortiz, antes mencionado, era un hacendado conservador y fue jefe de las guerrillas de Málaga en la guerra del sesenta (1859-1862), y en la carta señalaba, entre otras cosas, que en la revolución de 1860 y 1861 lamentaba no haber estado del lado del general: «A quien siempre he tenido fe. […] Los vencedores gólgotas de García Rovira me dejaron en la miseria quitándome un capital de más de ochenta mil pesos». Continuaba explicando las posibilidades que tenía de reunir fuerzas para echar a los radicales del poder, y luego le informaba con detalle de las fuerzas con las que contaba el gobierno santandereano. Y finalizaba así: «Le suplico que mantenga mi carta reservada, pues si los gólgotas se llegan a enterar, me asesinarán inmediatamente, i no convendría de ninguna manera porque no podría prestar mis servicios como lo deseo»121. El que su carta repose en el archivo de Wilches evidencia que su temor y su prevención no sirvieron de nada, pues la misiva fue decomisada por los radicales.

      Respecto a las guerras del siglo XIX se ha insistido acerca de la coerción ejercida sobre los labriegos para llevarlos a la guerra. Pero también fue significativa la presencia de voluntarios, personas que morían por defender sus pequeñas parcelas de poder en las localidades. ¿Cómo explicarlo? Ir a la guerra y triunfar representaba para ellos mantener sus cargos y el estatus, pues si después de un conflicto cambiaba el orden político local existente, los funcionarios serían otros y por consiguiente se corría el riesgo del destierro, de ser sometido a tributaciones forzadas o “voluntarias”, de expropiaciones o de sufrir la violencia directa por parte de los vencedores. Era un asunto muy serio para los jefes locales y sus clientes, una cuestión ineludible. En el caso de Wilches, los jefes de familias que lo acompañaron en las campañas electorales y que le enviaban cartas estuvieron en las batallas del sesenta (1859-1862). Esta fue la guerra fundacional de la red de los Wilches.

      El apoyo en los conflictos y en las elecciones constituyó lo más demandado por Wilches. De una parte, se garantizaba el poder adquirido, y de otra, revestía los hechos de fuerza con la legitimidad de las urnas. En retribución, Wilches designaba los cargos de jueces, notarios, recolectores de hacienda, miembros del tribunal, alcaldes, jurados, juntas de hacienda y de rematadores de rentas. En su mejor época, la de su segundo gobierno (1878-1880), cuando Trujillo estaba en la presidencia de la Unión, Wilches también pudo recomendar contratos y cargos en el Gobierno central.

      El fenómeno clientelista se reproducía por inercia al incentivar la retención del poder; por ejemplo, si los rematadores de aguardientes querían seguir siéndolo, debían mantener a su patrón en la presidencia, o bien en la Asamblea. Y si los clientes querían obtener un contrato de caminos, se debía dar un apoyo electoral o armado, de acuerdo con las circunstancias, y así sucesivamente con todo. Ahora bien, algunos de los contratos o prebendas de calado no eran solicitados ni entregados a medianos y pequeños clientes, sino a pares, hombres que podían inclinar la balanza de fuerzas por su capacidad económica, en una región entera. En tales casos, más que una relación clientelista, se trataba de alianzas entre patrones, donde cada uno de los actores contaba con un significativo poder social, recursos y clientelas, todo lo cual ponían a disposición de sus pares por objetivos comunes.

      La compensación principal del caudillo a sus clientes estuvo representada en los cargos, lo más buscado por estos. Al respecto, en el Gráfico 2 aparecen los nombramientos del primer periodo de su gobierno, de 1870 a 1872. En el Mapa 1 figuran los jefes políticos de cada departamento (usualmente se siguieron calificando como provincias), entre estos, los patrones y aliados de Wilches en su primer gobierno. Si se comparan con los gráficos y el mapa de su segundo y tercer gobierno, se evidencia que durante el primero, Wilches dispuso de menos cargos. Además, debía consensuar todo con la facción de Aquileo Parra dominante en la Asamblea.

      Jefes de clientelas y aliados por provincias

      Fuente: elaboración del autor.

      Entre los jefes departamentales y colectores de hacienda, señalados por departamentos durante este periodo, actuaban en alianza con los Wilches todos los empleados de los cargos de García Rovira; de Guanentá, Francisco Santos y Sanmiguel; de Ocaña, Juan


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