Las clientelas del general Wilches. Nectalí Ariza
etapa Solón.
21 Según el Archivo Parroquial de La Concepción, Solón Wilches murió el 13 de octubre de 1893.
22 OTERO MUÑOZ Gustavo. Wilches y su época. Bucaramanga: Imprenta del Departamento, 1936, pp. 404-405. Otero escribió la única biografía conocida de Solón. Quizá fue el primer investigador que tuvo acceso a los archivos custodiados por sus descendientes, quienes en la década de 1980 los entregaron al Centro de Documentación e Investigación Histórica Regional, de la Escuela de Historia de la Universidad Industrial de Santander (Actualmente denominado Archivo Histórico Regional). Su obra es rica en datos y apologética, como lo muestra la anécdota citada, que sugiere la muerte del caballo «de tristeza», tal como les sucedía a los nobles animales en las novelas de caballería. La exaltación que hizo Otero de Solón es una réplica de las hechas a los líderes de la Independencia. Caracteriza un tipo de imaginario construido en torno a los caudillos militares a lo largo del siglo XIX. Se trata de la historia patria, enseñada en las escuelas y los colegios. Otero Muñoz estaba imbuido de esa mentalidad, por lo cual, al cierre de la biografía a modo de colofón, escribió: «La historia hará justicia e introducirá a su casa a los hoy desconocidos grandes hombres que han cooperado efectiva y directamente a la grandeza de la patria […] Heroico como Aquiles, prudente como Marco Aurelio, desgraciado como Aníbal».
23 Los datos del censo de 1870 señalan 4.319 habitantes en La Concepción. Al relacionar este dato con los del censo de 1912 se obtiene una media de crecimiento aproximada al 20 % entre las dos fechas, y al interpolar los datos se obtiene la población aproximada de 1893.
24 GÓMEZ Ramiro. Hechos y gentes del Estado Soberano de Santander, revolución triunfante. Bogotá: Fondo Cultural Cafetero, 1985, p. 24. Gómez cita un dato de 1857, en el que se afirmaba que en Santander había 185 poblados y 237 baldíos. Suponemos que el conteo de los terrenos baldíos es pura especulación, pero su tamaño resultaba significativo si tenemos en cuenta que del total del territorio santandereano de ese tiempo, unos 42.000 km2, aquellos terrenos baldíos representaban unos 25.000 km2, es decir, que solo un 40 % del espacio geográfico estaba ocupado y bajo formas de propiedad reconocida o con títulos. Tal como puede observarse en los mapas, la parte más poblada del territorio se asentaba sobre la cordillera Oriental. En consecuencia, la parte más despoblada comprendía una amplia área selvática entre el gran río de la Magdalena y la misma cordillera, una de las tres estribaciones que los Andes forman en Colombia. Así, la mayoría de los pueblos estaba en las estribaciones de los Andes.
25 Son conocidos los prejuicios heredados por las élites criollas, de la división socio-racial establecida en la Colonia. En el siglo XIX muchos mestizos prestantes querían pasar por “descendientes puros” de los “blancos” españoles, y por ello en los árboles genealógicos borraban los ancestros indígenas. Aquileo Parra, por ejemplo, relata en sus Memorias que la familia de su madre evitaba mencionar que su bisabuela materna se había casado con un cacique indígena (véase PARRA A., Memorias, Bucaramanga: Imprenta Departamental de Santander, 1990, p. 8). La negación de lo indígena fue extendida al conjunto de los santandereanos por algunos historiadores del siglo XX santandereano, que hicieron eco de algún cronista que encontró a los nativos santandereanos menos cobrizos que otros, insistiendo en que los guanes eran blancos; esta era una leyenda con la que buscaban “atenuar” el irremediable mestizaje de sus ascendientes. Sobre el prejuicio socio-racial y la división de castas, véase MÖRNER Magnus (1989). “La sociedad de castas: ascenso y declinación”. En: Autores varios. Temas de antropología latinoamericana. Bogotá: Editorial El Búho, 1988, pp. 24-51.
26 OTERO G. Op. cit., pp. 3-10. Pacífico Jaime, tío abuelo paterno de Solón, se encargó de la educación y la protección de los padres de Solón, que habían quedado huérfanos cuando eran pequeños.
27 De todas las facetas que tuvo Solón, la menos ejercida fue la de abogado, si exceptuamos los pocos meses en que se desempeñó como juez en La Concepción. Entonces, para ser juez parroquial tan solo se exigía saber leer y escribir, por lo cual ese cargo no resulta un indicador de su formación en leyes. En el siglo XIX, y aun hoy en Colombia, se acostumbra dar trato de “doctores” a los abogados, y tal calificativo fue poco utilizado por los pares de Solón en la correspondencia. Lo trataban sobre todo como “general”, “ciudadano presidente”. Al parecer Wilches nunca se graduó, pues no hay documentos al respecto.
28 Gaceta de Santander, 15 de enero de 1858, n.° 21, p. 83; 29 de enero de 1859, n.° 25, p. 104; 6 de diciembre de 1858, n.° 63, pp. 265-266. La Gaceta se encuentra en el Archivo Histórico Regional, también en la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá. Puede localizarse más fácilmente por fechas que por números, pues estos suelen presentar vacíos; igualmente la ciudad de edición varía, ya que algunos de estos números se editaron en Pamplona y otros, en su mayoría, en Socorro y en Bucaramanga. Aquí se citará por fecha.
29 DÍAZ BOADA Lina C. “Los constituyentes del Estado de Santander”. Tesis de Maestría en Historia. Universidad Industrial de Santander, Escuela de Historia, 2008, p. 302.
30 Gaceta de Santander, 11 de octubre de 1879, p. 773. Rafael Otero murió el 13 de febrero de 1879; sus servicios se reconocieron en octubre de ese año, cuando la Asamblea del Estado emitió una ley honrando su memoria.
31 Federico Muñoz a Solón Wilches. San Gil, La Concepción, 17 de agosto de1869, C. 12. En: Archivo Solón Wilches. Archivo Histórico Regional.
32 Eustorgio Salgar fue presidente del Estado varias veces; después de Wilches, uno de los políticos que más tiempo ocupó tal cargo. Entonces lo fue desde el 11 de agosto de 1861 hasta el 6 de junio de 1864. Gaceta de Santander, 8 de ago. de 1859, p. 346; 20 de ene. De 1860, p. 410; 5 de jun. de 1862, p. 530; 21 de oct. de 1863, p. 174; 2 de jun. de 1864, p. 265.
33 Gaceta de Santander, 30 de noviembre de 1863, pp. 265-266; 4 de diciembre de 1862, p. 613; 7 de enero de 1864, p. 227; 6 de octubre de 1865, p. 558; 21 de octubre de 1863, p. 174; 25 de noviembre de 1869, p. 224; 6 de octubre de 1865, p. 558; 7 de diciembre de 1871, p. 290; 19 de enero de 1878, p. 2; 6 de noviembre de 1883, pp.13-19.
34 Archivo Histórico Regional. Archivo Notarial de La Concepción. R. 1667790-95, 1667810-15.
35 Gaceta de Santander, 28 de diciembre de 1858, p. 277.
36 Gaceta de Santander, 20 de junio de 1859, p. 322.
37 Gaceta de Santander, 20 de enero de 1860, p. 410.
38 Gaceta de Santander, 17 de diciembre de 1863, p. 217.
39 Gaceta de Santander, 3 de noviembre de 1864, p. 344.
40 ARIZA Nectalí, “Los Wilches Calderón…” Op. cit. p. 36