Las clientelas del general Wilches. Nectalí Ariza

Las clientelas del general Wilches - Nectalí Ariza


Скачать книгу
inició su carrera en una guerra civil. Fue uno de los capitanes de milicias que desde García Rovira participaron en la guerra de 1859-1862; obtuvo todos sus rangos en un tiempo récord, algo normal en la época, pues no faltaba quien fuese general desde el primer día en que se vinculaba a una guerra, ya fuese por prestancia política, económica o social. Varios de los rovirenses con mando de tropa, que participaron en las guerras de 1859-1862 y de 1876, se hicieron generales: entre ellos, además de Wilches, contamos a sus parientes Fortunato Bernal y Domnino Castro, y a su amigo Aníbal Carvajal. También hubo entre los rovirenses algunos que no alcanzaron el generalato, pero que estuvieron en segunda fila de graduación, con el rango de coroneles, como fueron los casos de Moisés Carreño, Antenor Montero y Milciades Wilches. Todos ellos lograron los galones después de cada refriega, y cuando la paz lo permitía la Asamblea o el Congreso aprobaban los grados alcanzados. En esto Wilches tuvo fortuna, pues le correspondió una batalla decisiva en la primera guerra en que participó, y el gran general –como gustaba llamarse Tomás Cipriano de Mosquera– lo ascendió. No puede pasar inadvertido que hombres como Solón Wilches y otros generales contemporáneos que mencionaremos adelante accedieron al poder desde su condición de militares, y como tales fueron promovidos por Mosquera, caudillo militar de la Independencia.

      El ascenso de Wilches al poder político en el escenario del Estado de Santander tuvo diferentes puntos de partida: el primero de ellos, su pertenencia al círculo de familias que durante el federalismo controló el poder en su provincia; en segundo lugar, debemos sumar el apadrinamiento tanto por parte de su suegro, Rafael Otero, como del general Eustorgio Salgar, quienes destacaban en la política y lo promovieron en sus inicios; en tercer lugar, su éxito en la guerra de 1859-1862. Una vez que alcanzó cierta preeminencia en la política santandereana, afianzó una red de clientelas mediante la entrega de cargos y otras dádivas, a cambio de votos y apoyo en armas. Así reprodujo su poder e influencia.

      La trayectoria del caudillo santandereano resulta interesante, pues representaba a García Rovira, una de las provincias más pobres de Santander en comparación con el resto, pero principalmente con las más ricas, como eran Soto, Cúcuta, Guanentá y Socorro. Además, debe señalarse que muchos de los notables de estas provincias lo apoyaron. En Soto, por ejemplo, su éxito puede explicarse por su perfil como empresario, concretamente por su empeño en construir el ferrocarril que conectaba la capital, Bucaramanga, con los puertos del río Magdalena; también por las alianzas y negocios que mantuvo con empresarios de la región. Con todo es probable que, como político, Wilches no hubiera llegado lejos sin el respaldo de las familias notables de García Rovira, y que tampoco hubiese tenido mayor trascendencia sin el prestigio como general del ejército y sin el apoyo de otros caudillos militares, como el general Julián Trujillo, quien desde la presidencia de la Unión garantizó su triunfo en la campaña de 1878.

      Población de Santander en la segunda parte del siglo XIX

Departamentos1851187018901912
Cúcuta18.51934.77651.88897.203
Ocaña17.20827.13637.58663.816
Pamplona21.51425.66330.03043.362
Soto51.22550.71150.16986.241
García Rovira39.96955.94772.76570.157
Guanentá67.48773.78179.985101.492
Socorro81.24387.58175.66165.741
Vélez62.74869.83277.28876.453
Totales359.908425.427493.963604.465

      Fuente: censos de 1851, 1870 y 1912.

      El arribo del capital financiero internacional y la esperanza en una economía agrícola de exportación

      La vida política del caudillo santandereano coincidió con la expansión del capitalismo mundial de la segunda parte del siglo XIX. Quizá Wilches no tuvo conciencia de ello, pero al igual que sus contemporáneos percibió el impacto de la ola librecambista que se impuso por doquier y despertó en los políticos neogranadinos y latinoamericanos el entusiasmo por los ferrocarriles. Durante ese tiempo en Santander, como en el resto del país, hubo cambios socioeconómicos dinamizados por la penetración de capital extranjero. En el escenario socioeconómico de las apacibles provincias irrumpió un nutrido grupo de comerciantes y empresarios con nuevas iniciativas productivas, que a medida que aumentaban su poder social procuraban controlar el aparato del Estado, motivando diversos conflictos con otros sectores sociales, algunos de los cuales se empobrecieron hasta extremos nunca antes vistos, como fue el caso de los


Скачать книгу